Los datos del paro registrado en la provincia de Cádiz el mes pasado dejan una rebaja de 1.930 desempleados con respecto a enero, una cifra notable sobre todo a tenor, sin ir más lejos, de que en Andalucía el número de personas inscritas en las Oficinas de Empleo aumentó en 2.361. Nunca antes, al menos hasta el año 2005, se había producido en la provincia un descenso similar al de ayer. Y la clara vinculación de la bajada del paro con el mes del Carnaval lo demuestra el hecho de que ha sido el sector servicios el que, una vez más, ha tirado del carro, con 1.671 desempleados menos, unos 500 en Cádiz. También es cierto que, en febrero, el paro registrado ha bajado en los demás sectores. Cabría destacar la industria como segundo puntal de la generación de empleo, con especial atención al trabajo que se desarrolla en la actualidad en los astilleros gracias a la construcción de los petroleros. En la actualidad, además de los más de 500 empleados de plantilla, sólo el primer barco está dando hoy trabajo a 1.500 operarios de industria complementaria. Aún así, no cabe ni mucho menos lanzar las campanas al vuelo, puesto que Cádiz cerró febrero con 170.372 personas sin trabajo.

Si las cifras en el conjunto del país son más que preocupantes y en Andalucía algo más sangrantes, en Cádiz son inaceptables y hasta cierto punto también increíbles. Basta recordar que la economía sumergida mueve, según diversas fuentes oficiales, entre ellas la Agencia Tributaria, un 30% de la economía gaditana, esto es, más de 5.000 millones de euros, como no se cansan de recordar los empresarios. Por tanto, si no se genera un marco de estabilidad política y económica que propicie desde la unidad y la lealtad el crecimiento empresarial, desde las grandes compañías -que tirarían del resto- hasta las medianas y pequeñas empresas, mal remedio se encontrará al problema. Las administraciones podrían jugar un papel esencial como vehículos canalizadores, pero rara vez se ponen de acuerdo en lo más básico y esto conlleva que la provincia capee a duras penas la realidad.

La alianza que ayer selló la Diputación con las Cámaras de Comercio de la provincia para abrir mercados exteriores y el encuentro que mantuvo con los alcaldes de los municipios 'grandes' de la provincia para abordar planes conjuntos de formación para desempleados indican el camino a seguir. Frente a otras provincias como Sevilla, Málaga, Córdoba y Granada, donde sus habitantes van todos a una, la unidad en Cádiz brilla por su ausencia, lo que lastra desde tiempos remotos su enorme potencial. Toca por tanto celebrar los datos de febrero, pero no conviene caer en la autocomplacencia porque más allá de los efectos positivos que llegan de la mano del Carnaval, hay que pensar en estrategias que garanticen el porvenir.