Aaunque quedan 16 meses para las elecciones municipales, andan los políticos locales nerviosos. Todos tienen algún comentario que hacer al oído, todos tienen alguna encuesta que les da unos datos distintos de los que dice la mayoría, todos tienen fichajes fantásticos para sus listas, todos los partidos son una balsa de aceite donde no se produce la menor fricción ni el más mínimo problema. Senso contrario: los adversarios están envueltos en problemas de todo tipo, lo que tendrá repercusión en el resultado de las municipales. El alcalde, sin ir más lejos, está hiperventilando: la UCA, Susana Díaz, la Edusi, un restaurante aquí, un museo allá, un hotel en cada esquina. De un tiempo a esta parte el alcalde no se quita el traje y la chaqueta ni para el carnaval, con lo que les costó a sus bravos guerreros justificar el desaliño. Como el romancero: el diablo viste de Eutimio. Probó el traje y ya no se lo quita. ¡Tiempos aquellos de la hucha a la vista!. Si hacemos caso a las presuntas encuestas y las sumamos todas, el 9 de junio de 2019 vamos a elegir lo menos a 54 concejales en lugar de los 27 que nos corresponden según la ley. Todos dicen que van a subir, que tienen una tendencia alcista, que sus respectivos candidatos son los mejor situados. Si hablas con uno de Podemos te desliza que según sus datos están en 12/13 en lugar de los 8 actuales y que el mejor valorado es José María González. Si hablas con alguien del PP es que la mayoría añoran los tiempos de Teófila, que va a volver a recuperar la mayoría absoluta. Los de Podemos cuentan de reuniones en casa de Mercedes Colombo entre gente del PP y Ciudadanos para apoyarse mutuamente en caso de necesidad. Los del PP cuentan de reuniones de Barcia con Luis Ben o del alcalde con Fran González para garantizar una mayoría de izquierdas. Los de Ciudadanos, como los concejales no se hablan con la dirección local, están un poco como fuera de toda conspiración, a verlas venir mientras todas las encuestas les favorecen pongan a quien pongan. Teófila se debate entre el unos me dicen algo, otros que no lo haga, y al final yo hago lo que a mí me da la gana. González manda a Barcia a contar por ahí no sé qué llamada de Pablo Iglesias al Kichi, no sé cual de Pedro Sánchez a Fran González. La ejecutiva provincial socialista querría matar a Fran González ante el temor de que el PSOE pìerda el diputado provincial y eso acarree perder la Diputación, con la crisis alimentaria consiguiente ya que el Ayuntamiento de Cádiz parece darles igual. Que no pare la música.

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