Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

UN coche bomba de ETA con más de cien kilos de explosivos, pensado para producir una masacre, ha causado la muerte de un guardia civil afincado familiarmente en Málaga, y heridas a otros cuatro, en el cuartel de Legutiano, en la provincia de Álava. Entre el dolor y la indignación por este nuevo atentado terrorista con resultados trágicos, las fuerzas políticas democráticas y las organizaciones sociales han hecho una demostración de unidad que la sociedad exige y agradece, tanto más cuanto se viene echando en falta desde hace mucho tiempo. A las pocas horas de producirse el asesinato, los representantes de todos los grupos parlamentarios comparecieron para dar lectura a un comunicado conjunto, el primero desde 2004, en el que la condena al atentado fue acompañada de un propósito compartido sin matices: la derrota definitiva de la banda terrorista con los instrumentos que permite el Estado de Derecho, es decir, la aplicación de la ley y la acción de la policía y de la justicia. Más tarde, el Congreso de los Diputados en pleno guardó un minuto de silencio en memoria de la víctima y repulsa de la barbarie etarra y los portavoces de la oposición renunciaron a formular las preguntas de control al Gobierno para condenar el atentado y mostrar su aliento y solidaridad con el Ejecutivo en la lucha antiterrorista. Salvo la inevitable alusión del lehendakari Ibarretxe al problema vasco y el llamado "derecho a decidir", todas las fuerzas políticas han hecho esta vez una demostración de unidad y una profesión de fe contra el sectarismo y la utilización política de la violencia. Ojalá la situación que siguió ayer al nuevo crimen de ETA sea ya el hábito continuado en el ámbito de la política y de las instituciones. ETA, que ya ha sido liquidada políticamente, aún puede hacer mucho daño, pero sólo encuentra campo de juego abonado a su delirio totalitario cuando sus acciones generan división y cisma entre los demócratas. La unidad que se reflejó ayer en medio del luto y la consternación, debe continuar y profundizarse. Sigue estando en liza la libertad de todos.

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