Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Miki&duartela esquinacrónica personal

José Aguilar / Pilar Cernuda

La sucesión de ChavesLa carta

ES tan monótona la política andaluza, con un presidente que da la impresión de que estará en el poder hasta que se jubile y también da la impresión de que no piensa jubilarse jamás, una oposición que sale a la cancha íntimamente convencida de su derrota y una ciudadanía satisfecha que declara que Andalucía necesita un cambio y vota con persistencia inaudita al partido que representa la continuidad... que lo único que revoluciona al establishment es que a Chaves se le escape una sugerencia de futuro, apenas un suspiro sobre su propia sucesión, una hipótesis de verificación lejana, un deseo que se posterga a las calendas griegas.

Tal ha sucedido el jueves, con unas palabras del presidente de la Junta indicando que le gustaría que quien le sustituya en la presidencia sea una mujer, palabras inmediatamente matizadas por su autor: el tema no corre ninguna prisa. No hay abierta ninguna carrera sucesoria. Pero, como digo, ha bastado el sonido de esta piedrecilla en el estanque para alborotar la casa socialista y sus alrededores. También a los periodistas nos gustan mucho estos falsos debates. Ya ha habido incluso encuestas sobre el apoyo a las distintas candidatas supuestas a heredar el sillón de Manuel Chaves, quien parece disfrutar provocando tales remolinos efímeros. Hace años ya se aventuró por estos derroteros hablando bien de la limitación de mandatos de los presidentes e insinuando su retirada a medio plazo. Pero en serio no lo ha dicho nunca.

Tal vez Chaves empiece a pensar en dejarlo dentro de ocho años, y por motivos de edad. ¿Se imaginan la de cosas que pueden ocurrir de aquí a ocho años? ¡Como para discutir en serio quién será presidenta de la Junta entonces! No sabemos qué partido ganará las elecciones en Andalucía, qué partido las ganará en Madrid (estos "detalles" los olvidan quienes se entregan encantados a las elucubraciones del momento), cómo evolucionará el PSOE en los dos sitios, qué trayectoria habrán seguido las presuntas precandidatas desde ahora, cómo actuarán los grupos de presión socialistas cuando se abra de verdad el melón sucesorio, incluso qué pasará con todos nosotros de aquí a 2016. Nadie puede hacer planes con tanta antelación. Ni siquiera Chaves.

Si la política es tan sólo la espuma de la vida, como sospechó Milan Kundera, la política superestructural, fulanista e hipotética debe ser algo así como un humo volátil e invisible de la existencia colectiva. Los vendedores de humo cumplen su papel proponiéndonos estas polémicas en la estratosfera del interés cotidiano. Mi único consuelo es que los demás no las compremos. El debate acerca de la sucesión de Chaves no está ni siquiera planteado. Lo ha dicho el mismo Chaves. Perdonen que les haya distraído con eso.

SEGURO que el Tribunal Constitucional tiene razón cuando apunta un defecto de forma en el caso Urbanor para librar de prisión a los Albertos, pero los tribunales deben regirse también por el sentido común, y no es aceptable que se confirme que los primos Cortina y Alcocer han cometido un delito de estafa y se vayan de rositas, no sólo sin visitar la cárcel sino también sin devolver ni un solo euro del dinero estafado.

Digan lo que digan los magistrados del TC, su decisión no se tiene en pie. Aparte de que habría que revisar esa tendencia del TC de actuar como un tribunal de casación, enmendando la plana al Supremo y creando sucesivos problemas de competencias. El alto tribunal está obligado a decidir sobre la constitucionalidad de determinadas leyes y garantizar que se respetan los derechos constitucionales de los ciudadanos, pero entrar en cuestiones procedimentales causa perplejidad, incomodidad y malestar.

Probablemente Conde Pumpido se equivocó con sus declaraciones contrarias a la decisión del TC en el caso Urbanor, pecó de imprudencia, pero el Fiscal General ha dicho lo que muchos españoles piensan: no se comprende que unos estafadores no se vean obligados al menos a devolver los muchos millones con los que engrosaron de forma ilegal su muy abultada cuenta corriente, en una operación en la que hubo desde falsificación de la tasación del precio del suelo hasta la falsificación de una carta que reabrió el caso cuando convenía a los defensores.

El Constitucional, a través de su presidenta, ha enviado una carta al presidente del Gobierno expresando su malestar por las declaraciones de Conde Pumpido. Error descomunal, porque ese hecho demuestra que María Emilia Casas da escaso crédito a la supuesta independencia de la Fiscalía General. Es verdad que el Fiscal General es nombrado por el Gobierno, pero en sus decisiones profesionales se rige por la independencia. Casas, con la carta a Moncloa, da a entender que ella considera que el presidente de Gobierno tiene atribuciones para influir en las declaraciones o decisiones del Fiscal General. Inevitablemente, ante esa carta, se recuerda la escena que protagonizaron Casas y María Teresa Fernández de la Vega en una tribuna en la que seguían el desfile de las Fuerzas Armadas, cuando la vicepresidenta aparentemente echó un chorreo importante a la presidenta del TC, en una fecha en la que tenían que tomarse importantes decisiones sobre reprobaciones a varios miembros del tribunal que afectaban al equilibrio de tendencias políticas internas.

Zapatero, cuando se le preguntó por la carta de Casas, se limitó a decir que "tomaba nota". Después le envió una carta personal a reiterándole su respeto total a las decisiones del TC. Es decir, no se ha mojado mucho. Pero no podía mojarse.

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