Cada lunes

Pedro / Payán / Sotomayor

Bajo el sol de la Toscana (1)

TOMO prestado el título de la película así denominada y rodada en esta región, la más bella de toda Italia, con sus increíbles paisajes, más bonitos, si cabe, en esta época primaveral, y por sus hermosas ciudades llenas de arte. El Ateneo de Cádiz ha realizado durante los pasados días 29 de abril al 6 de mayo, ambos inclusive, un muy interesante viaje a la Toscana, la cuna del Renacimiento. Unos días intensos en los que hemos disfrutado de un recorrido en el que las sorpresas han estado siempre a la vuelta de la esquina. El primer día, tras el vuelo desde Jerez a Roma, vía Madrid, nos dirigimos a Orviero, población situada en una meseta, y en la que admiramos su Duomo, una de las catedrales en estilo románico-gótico más impresionantes de Italia. A continuación seguimos hacia Arezzo, en cuyas afueras estaba situado el hotel, el primero de los dos en los que iba a transcurrir nuestra estancia en la región. La ciudad, que visitamos al día siguiente, es de origen etrusco y patria del gran poeta Petrarca, al que han levantado un monumento en un parque desde el que se puede divisar una magnífica perspectiva. Hay que destacar en ella el Duomo, que no falta en ninguna de las poblaciones visitadas, la iglesia de San Francisco, con los frescos de Piero della Francesca, obra cumbre de este pintor, la Piazza Grande, rodeada de palacios medievales y renacentistas y la Logge di Vassari. En Arezzo se rodó la espléndida y emotiva película "La vida es bella", de grato recuerdo para los que la hemos visto.

Al mediodía de esta jornada nos encaminamos hacia el corazón de la región del Chianti, el famoso vino que distingue su calidad con un gallo negro, y del que disfrutamos en el almuerzo en la Tenuta dei Lupinari, una hacienda encantadora entre cipreses, tan presentes constantemente en el paisaje toscano, y olivos. Ya, por la tarde, llegamos a la bellísima Siena, que yo deseaba conocer, y cuya historia ha sido un constante enfrentamiento a Florencia, y de la que surgió la escuela pictórica que lleva el nombre de la ciudad. Paseando por sus sugestivas calles contemplamos el conjunto monumental de su Catedral, la famosa Piazza del Campo, con el esbelto Palazzo Pubblico, en la que tiene lugar el tradicional Palio, singular fiesta de origen medieval y la iglesia de Santo Domingo, en la que se hallan los restos de Santa Catalina, nacida en esta ciudad. Y hasta aquí la primera parte de esta crónica viajera, que continuaremos el próximo lunes.

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