La prueba del tranvía

Algunas generaciones de gaditanos ya hemos viajado por la ciudad en tranvía, en trolebús y en autobús

Ha sido una pena. Han aplazado la prueba del tranvía entre Chiclana y San Fernando. Casi llora la Bahía. Pero es mejor hacer las pruebas en condiciones y sin riesgos. La gente inocente creerá que un tranvía anda solo, porque se han gastado un dinerito curioso; y esto no funciona así como así. Recuerden que los primeros intentos por tener tranvías en Cádiz y en San Fernando empezaron en el siglo XIX. Eran otros tranvías, sí, también hay que decirlo. Y todos los que nacimos después de 1912 y antes de 1965 disfrutamos la oportunidad de viajar en ellos.

En Cádiz se los cargaron a mitad de la década de los 60, cuando todavía era alcalde José León de Carranza. ¡Lo que cambia la vida! Ahora es una modernidad. Entonces se decía que el tranvía era un estorbo, y que lo moderno era el autobús. Algunas generaciones de gaditanos (que tuvimos la mala suerte de nacer antes de la nueva política) hemos conocido el tranvía, además del trolebús y el autobús. Hemos viajado por la ciudad en semejantes medios públicos. Por lo que es más difícil darnos coba, presentando el tranvía como el gran transporte del siglo XXI. En una ciudad como Cádiz, donde caminas durante 10 minutos y te encuentras con el mar, por aquí o por allí.

El tranvía llegó hasta San Fernando y La Carraca desde Cádiz. En esta ciudad pasaba por el puente de San Severiano, en una de las primeras líneas. Y hubo otra desde la Alameda Apodaca hasta el Balneario. La playa Victoria se urbanizó a partir del tranvía, pues hasta entonces quedaba en el extranjero. Era como el tranvía a la Malvarrosa, de Manuel Vicent, que escribió una novela nostálgica de su juventud. Las vías formaban parte del paisaje urbano y se consideraban un perjuicio para los coches, que entonces eran pocos y chungos.

Al considerarse anticuados, los tranvías pasaron al baúl de los recuerdos. Rebuscando, rebuscando, a la Junta de Andalucía le ha dado por recuperarlos, gracias a que los subvencionan en Bruselas. Tanto se han entusiasmado que han montado varias líneas ruinosas por diversas provincias andaluzas. En nuestra Bahía ya se conoce lo ocurrido. Después de levantar la calle Real de San Fernando, hay que vestir el muñeco.

La parte gaditana promete ser surrealista, con el tránsito por la vía del tren. Será como un Cercanías de Renfe. Han aventurado otras opciones, como ampliarlo hasta la plaza de España, o dar la vuelta por el Campo del Sur. Por aventuras que no quede. Puede ser que pase como en los años 60, y se lo carguen cuando la gente se aburra.

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