El precio y el desprecio

En las sociedades de la crispación y la desconfianza, el desprecio viene a ser la medida del valor

Tenemos tales rayos y truenos, entre las descargas eléctricas del juicio de la Gürtel y el jaleo del chalé, que se nos está pasando el cambalache de los Presupuestos. A las razones extrínsecas del semi silencio mediático, hay que sumar cierto alipori.

El PP le ha ofrecido al PNV, partido vasco en la línea hispánica e histórica de Torra, el ciento y la madre, después de haberle aumentado el cuponazo. ¿A cuánto sale el voto peneuvista? La milla o la humilla de oro. Montoro va a tener que pedir una hipoteca a la Caja de Ingenieros. En la UE están alarmados por el (des)control del déficit. Sin embargo, a Rajoy, que asegura su continuidad, le parece un chollo. Lo más que ha hecho ha sido el desprecio de no hacer aprecio al PNV y, con los presupuestos aprobados con el apoyo de C's, ha filtrado que su prioridad ahora es contrarrestar a C's. Con el PNV ya ha hablado todo lo que tenía que pagar.

El PNV ha traicionado su palabra de no pactar con el PP con el 155 activo. Para compensar, ha puesto cara de desprecio y, mientras votaba a favor con una mano, con otra cogía la pasta y con la otra (que es la de Bildu, el PNV siempre ha sido un tanto monstruoso) corría a firmar un acuerdo para reivindicar el autoderecho de autodeterminación autovasco. Hablando un poco al revés, como el vizcaíno del Quijote, nos han hecho el desprecio de ponerse precio. Con dignidad a medias maquiavélica venden además (será por vender…) que han tenido que firmar para poner algún dique a quien de verdad temen, que es Albert Rivera, "el peligro naranja", lo llaman. Ese sí que es un feo a Rajoy, con el que demuestran que se sienten cómodos.

O sea, que son unos presupuestos votados por C's… contra C's. Que encima ha avalado el cuponazo al sacar adelante los presupuestos que los presuponen. ¿Por qué se habrá prestado? ¿No saca mucho menos que Rajoy y su permanencia y que el PNV y su pasta gansa? Quizá saca más, cuidado. Porque posa de responsable mientras todos le hacen el aprecio del desprecio. En las sociedades de la crispación y la desconfianza, ésa es la medida del valor. Algo que pone las pilas a alguien tan cansado como Rajoy tiene que tener unas reservas de energía muy potentes. Algo que pone tan furiosos a los nacionalistas de toda España ha de despertar la simpatía del resto de los españoles, que no somos resto, sino suma. Para ocupar realmente el centro, nada mejor que ser criticado a corro.

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