No puedo evitarlo. Otra vez me ocurrió el sábado noche. Me vino a la mente la pregunta que me atormenta. Lucho porque no aparezca en mi cerebro, pero lo hace, la muy puñetera. A veces la hago en voz alta y los que están a mi alrededor me miran como a un bicho raro, sobre todo sin son de mi misma especie carnavalera. Fue de nuevo el sábado, decía, cuando vi esos bosques de cámaras grabando repertorios, esos aficionados de fuera pidiendo fotografiarse con sus ídolos carnavalescos, esa admiración por los autores y componentes. Me asombro (aunque me halaga, claro, en la parte que me toca) la expectación y el cariño con el que nos acogen más allá de Cortadura. Y viendo la repercusión de las coplas, sabedor de que esto no es más que una tradición popular (¿o ya no?), siempre me pregunto lo mismo: ¿qué le verá la gente a esto? Algo bueno estaremos haciendo. A ver si me acostumbro.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios