A final de mes (o sea, la próxima semana) prestigiosos hoteles de Chiclana, Conil, Rota, Tarifa y otros municipios costeros de la provincia van a cerrar. Algunos ni siquiera esperarán al puente de los Tosantos, que este año son dos puentes (uno por delante y otro por detrás). Es lamentable la falta de adaptación al calentamiento global. Es lamentable que cuando Irene García y los alcaldes van a Fitur, a promocionar el turismo provincial, todavía no se hayan orientado. El turismo de otoño e invierno es uno de los puntos negros de la oferta gaditana. Mucho hablar de que van a permitir los chiringuitos playeros abiertos todo el año, mientras están cerrando hoteles durante medio año.

A pesar de las inundaciones recientes en Jerez y en la gaditana calle Cristóbal Colón, se pueden contar con los dedos de una mano los días que ha llovido desde mayo. Las temperaturas otoñales de estos días son maravillosas para los suecos o los noruegos. En la Costa del Sol malagueña (donde no hace más calor que aquí, y llueve más o menos igual), está mejor promocionado ese turismo. No sólo para el Imserso español, también para los jubilados ingleses, alemanes, escandinavos, rusos y de por ahí.

En la provincia de Cádiz sólo baja el paro cuando aumenta el turismo (esto es, cuando Antonio de María dice que los hoteles alcanzan más del 90% de ocupación). Por ello, debería ser una prioridad trabajar más y mejor para evitar los cierres entre noviembre y marzo. Se entiende que el motivo es la falta de reservas. Pero puede ser que no esté bien orientada la oferta. O que algunos hoteleros opten por lo cómodo, que es aprovechar sólo los tiempos de las vacas gordas, con los clavazos de agosto, que les dan beneficios para vivir el resto del año.

Lo mismo pasa con las playas de Cádiz, donde los servicios (municipalizados o sin municipalizar) ya no son lo que eran. El domingo estaba la playa Victoria con buena entrada, mejor que algunos días de verano. Había gente bañándose, con un oleaje de bandera entre amarilla y roja. Pero no se veían banderas, ni socorristas, ni se oía a la muchacha del altavoz diciendo que son las dos de la tarde y Vanesita o Periquito se han perdido… El módulo central cerrado, como si hubiera una huelga general. Y la gente al sol. ¿Acaso la gente hablaba de si iban a municipalizar los servicios en Cádiz 2000?

Se han perdido empleos en octubre; y más que se perderán en noviembre, por no adaptarse al calentamiento. Por favor, ¿en qué mundo viven nuestros políticos? Hay vida más allá de Puigdemont.