La pizza y el Carnaval

Sería mejor que entrara antes el Cádiz colonial de las murallas y los castillos en el Patrimonio de la Humanidad

A la pizza napolitana la han nombrado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo mismo que piden para el Carnaval de Cádiz. Soy un ferviente partidario de nuestro Carnaval. Creo que hay que difundirlo todavía más. Pero creo que es un error concentrar los esfuerzos para que sea admitido por la Unesco, mientras se olvidan o relativizan otras opciones mucho más importantes del patrimonio histórico y artístico de esta trimilenaria capital. Eso es lo más lamentable, lo que confirma las graves carencias culturales de nuestros políticos: que una ciudad fundada por los fenicios, de gran relevancia en el periodo romano, fundamental para la civilización y el comercio de América, cuna de las Cortes y la primera Constitución española, no tenga reconocido ni un solo monumento o vestigio por la Unesco.

Me gustan las canciones de Alejandro Sanz. Pero también es curioso que un estandarte cultural de Cádiz sea su apoyo a la candidatura del Carnaval. Mejorando lo presente, esta es la tierra natal de don Manuel de Falla, que fue adoptado por Granada. En el patrimonio inmaterial hay otros carnavales, con los que puede rivalizar el de Cádiz. Y estaría bien incluirlo, pero sería mejor que antes hubiera entrado el Cádiz colonial de las murallas y los castillos, como ese de San Sebastián, con el que no saben qué hacer, mientras se cae a pedazos.

Existe un agravio comparativo con otras ciudades de España y América. Es verdad que en Cádiz no hay una Giralda y una Catedral como la de Sevilla, una Alhambra como la de Granada, una Mezquita como la de Córdoba, pero si se revisa la lista de las ciudades y sus argumentos, se verá que el Cádiz colonial bien podría estar, incluyendo la Catedral y el Carmen, además de las murallas y fortificaciones, que han servido de inspiración en otros países americanos. El Carmen, que se puede convertir en otra vergüenza para Cádiz, porque se está abandonando un templo histórico y emblemático de la ciudad, con demasiada resignación.

Eso sí, organicen visitas al Museo del Carnaval que todavía no se ha inaugurado. Mendiguen un millón de euros a la Junta de Andalucía, a ver si tienen piedad de Cádiz, y le dan las migajas que caen de la mesa del Museo de Camarón. Y tengan el verdadero Museo de Cádiz, que es otro buque insignia cultural de la ciudad, abandonado por la Junta de Andalucía, con una ampliación pendiente de la que nadie se acuerda.

Como las instituciones culturales anhelan subvenciones, tampoco protestan. Y así vamos: apostando por lo inmaterial.

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