Lo que no se nombra

Ser americano es hablar en inglés y el que quiereserlo en el futuro, que lo aprenda o se vaya

Nacionalismo de manual el que va experimentando el nuevo presidente de los Estados Unidos de América. Del comprar americano y contratar americano salta a esto inocente de eliminar de la web de la Casa Blanca la versión española, o hispana. Only inglés. ¿Hay cincuenta millones de hispano parlantes en los Estados Unidos? Pues que aprendan inglés y se olviden de la lengua de la vieja España. Ser americano es hablar en inglés y el que quiera serlo en el futuro, que lo aprenda o se vaya. El ex honorable Pujol consiguió que salieran de Cataluña miles y miles de maestros y profesores cuando impuso la normalización. El esquema es que se fija un territorio y se legisla sobre todo lo que se mueva dentro, en donde uno queda atrapado si no se va. Desde la lengua en la que los niños rezan a Dios hasta la enseñanza de las matemáticas o la rotulación de un comercio. Ser catalán no es sólo vivir y trabajar en Cataluña, es hablar el catalán sí o sí. Porque han escrito que todos tienen el deber de conocerlo y el derecho a usarlo. El catalán. Co oficialidad es una palabra, en la práctica se trata de extirpar lo que la Constitución establece. Es la verdadera desconexión. Trump va a desconectar a mucha gente de los Estados Unidos también. En los años 30 del siglo pasado otros líderes también ensayaron fórmulas nacionalistas, como el exterminio de los judíos. ¿Es de temer Trump? Seguro que muchos estarán muy felices. Quieren a los mejicanos en México y a los demás latinos en sus países respectivos. El cierre de los Estados Unidos ha sido decretado ya. Y seguro que ya hay trazadas líneas secretas. Finalmente también será la unilateralidad, esto se hace porque yo lo digo. Creo con el autor del Génesis que las cosas cobran vida cuando se las nombra y lo que no se nombra no existe. Así que veo una multimillonaria muchedumbre de ciudadanos a los que el presidente Trump va a convertir en bípedos implumes, sin capacidad para expresar sus sentimientos dentro de la reserva india en la que se pretende cercar a los hispanos. Inglés o nada. Me suena de otras guerras perdidas, de otros avatares. Y yo, que tengo el ojo puesto en este territorio donde hallaron Atapuerca, veo que llega, que puede que llegue esta locura de la uniformidad, de la exclusividad. Cuando más bien sería lo contrario: Español o nada. Porque lo que somos se disolverá como un azucarillo, no lo dudes, si triunfa esta enajenación de ser diferentes, como si no lo fuéramos. Vienen estos tiempos. ¿Inevitablemente?

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