Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

El ministerio de la verdad

No caigamos en el Ministerio de la Verdad que describió George Orwell en 'El Gran Hermano'

Existe una competición a ver si es más republicano el PSOE o Podemos. La tradicional moderación del PSOE en este ámbito y la inacción socialista durante sus años de gobiernos (a excepción de la Ley de Memoria Histórica) ha dado paso a una carrera desenfrenada para sobrepasar a Podemos por la izquierda, en eso que ahora se llama memorialismo y antes Memoria Histórica. Me parece bien que se rescaten los muertos de las cunetas y de las fosas comunes y se devuelvan los cuerpos a sus familiares para que los entierren como y donde a ellos les parezca. Es lo menos que les debemos a aquellos que fueron asesinados e injustamente olvidados. La semana que viene se llevan al Cementerio Mancomunado ocho restos de otros tantos republicanos enterrados de cualquier manera y sin nominar en el antiguo cementerio de San José, donde queda un lugar llamado "la piscina", una fosa común con restos de 200 personas. Me parece oportuno que se quiten los distintivos franquistas y las calles o plazas denominadas en honor de personajes franquistas con cuidado de no tirar el bebé con el agua: si hay un escritor famoso por su obra que fue franquista, un aviador con idénticos méritos ajenos a la política, creo que debería pensarse mejor . Ahora bien, es absurdo reescribir la historia: retirar distinciones honoríficas que se concedieron en la Dictadura por afección al Régimen. Es una medida de cara a la galería que no sirve para nada. Los beneficiarios de aquella medida ya no viven así que difícilmente repara ninguna injusticia. Podemos empezar la costumbre de que cuando se conceda una distinción y con posterioridad el distinguido cometa alguna fechoría o diga algo que disguste al político de turno, se le retire el honor concedido, y últimamente hay un empacho de medallas, hijos predilectos, hijos adoptivos que necesitarían de un tribunal de honor permanente que revisase la constante probidad de los premiados. La Diputación va a retirar algunas distinciones. Cuidado si algún día se le da una a Alejandro Sanz y luego se pudiera descubrir que evade impuestos como si fuera un futbolista cualquiera. No caigamos en el Ministerio de la Verdad que describió George Orwell en 'El Gran Hermano' que cuando el gobierno cambiaba de aliados había que modificar todo lo dicho en el pasado a favor de los entonces amigos y hoy enemigos así como la viceversa. Todo fluye, nada es, que dijo Heráclito.

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