Efecto moleskine

Ana Sofía Pérez-Bustamante

Las micromil y una noches

USTEDES ya sabían que está de moda el microrrelato ("Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", ¿recuerdan?), pero tal vez ignoraban que el pasado viernes se presentó en Cádiz el libro Fuera pijamas, de Antonio Serrano Cueto, con 80 textos de la misma especie. Uno de ellos, El autobús circular, versión actualizada de Caronte, se inspira en nuestro bus interurbano, cuyos asientos, antiergonómicos, están diseñados para matarnos por la espalda. Cuentos muy cortos los ha habido siempre, desde las colecciones de apólogos orientales o las fábulas de Esopo hasta los chistes, y la cosa se espesa si añadimos a la tradición los aforismos, los epigramas y las greguerías. Tras la guerra civil nuestra vanguardia sobrevivió en autores raros, marginales y exiliados (Carlos Edmundo de Ory, Álvaro Cunqueiro, Max Aub…) y es en los 90 cuando nos viene el microrrelato de la mano de los sudamericanos, que nunca rompieron con lo surreal. Iniciamos hoy en nuestro blog (http://cuadernodecadiz.blogspot.com) la sección Las micromil y una noches con un surtido de textos que tratan del amor y de la muerte, y de las sorpresas que te dan la vida y la literatura. Realmente, todo se puede resumir: "Mil y una noches menos cien años de soledad igual a ciento veinte días de sodoma y gomorra" (Guillermo Samperio). La novela policiaca tipo Simenon: "Lo maté porque era de Vinaroz" (Max Aub). El calentón culto a lo Vargas Llosa: "Amo tu sexo, oscuro y tibio como un vino. La idea debe ser siempre embriagarse en el origen" (Wilfredo Machado). El Evangelio según Saramago: "¿Por qué vas a matarme? ¿No sabes acaso que soy el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo? -Precisamente por eso" (Augusto Monterroso). La novela de dictador: "El general preguntó la hora y un edecán se acercó rápido a musitar: 'La que usted quiera, señor presidente'" (Guillermo Cabrera Infante). La novela de la memoria: "Ay, Federico Lacroze, llama a la guardia civil" ("Romancero urbano", Isidoro Blaisten). O la metaficción vilamatesca: "En estas humildes palabras está encerrado todo el espíritu de su autora: 'Socorro, socorro, sáquenme de aquí'" (Ana María Shua). Ustedes podrán preguntarse: "Bueno, ¿y esto por qué?". Pues porque si tuviera razón Neus Aguado ("Casi todo es literatura, lo demás es psiquiatría") lo mejor que podrían hacer ustedes quizá sería no moverse de aquí.

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