Aún no ha llegado...

Celebramos la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucriso al estilo de nuestro pueblo, con cantos y alegrías

Leí en un artículo de Antonio Burgos, titulado "Esto ya está aquí", la frase "aún no ha llegado y ya se está yendo" que refleja a la perfección el sentimiento de los cofrades en víspera de la Semana Santa, porque es a la vez un mensaje de expectativa ilusionada y la conciencia de que, en cuanto llega, se está terminando. Cuántas veces he oído decir a los muy capillitas, que la Semana Santa debía durar dos semanas. La primera, la que se va en un suspiro y que no ha dejado tiempo para paladearla y la segunda, para que ya con todos los sentidos alertados, pueda disfrutarse. Algunos dicen disfrutar más de la Semana de Pasión, víspera de la Santa, conformándose con los anuncios de lo que va a venir. Yo recuerdo, que, de niño veía como en esa semana de pasión, la calle Ancha, que era el paseo de invierno y primavera, como la Plaza de Mina y la Alameda lo eran en invierno, se llenaba de paseantes, recorriéndola desde Viena hasta la heladería Italiana. Este era el primer anuncio de lo que estaba por venir y que se confirmaba cuando llegaban los operarios municipales y descargaban las sillas, cuyo ruido característico, al abrirse y cerrarse, me acompañaba en mis sueños infantiles. En Viena y en la Predilecta, se mostraban en sus escaparates figuras de penitentes, que contenían en su interior golosinas, pero sobre todo, el capirote de cartón que colgaban en su fachada Orozco y Acuaviva, nos decía que el Domingo de Ramos ya está aquí y que, como siempre él y toda la semana, se marcharían a velocidad de vértigo. La guardia municipal a caballo, con uniforme de gala, comandados por el cabo que luego en verano, sería portero del Club Náutico, interpretando con sus cornetas el sitio de Zaragoza, era la música procesional más conocida, hasta que Ramón Velázquez se trajo a Abel Moreno y en Cádiz se interpretaban Amargura, La Madrugá o Cádiz Cofrade, en los conciertos en beneficio de Gerasa.

Toda esta celebración y conmemoración de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo es para recordar un misterio de nuestra fe. Y se hace al estilo de nuestro pueblo, con cantos y alegrías, y para algunos es la única ocasión del año para recordar la fe en la que fueron bautizados. Pero al parecer no lo hacemos bien, porque algunos, que escriben con minúscula el Dios de los cristianos, consideran que lo que las cofradías deben recordar en Semana Santa, son los muertos de Irak, los suicidios, las guerras, la pobreza y dejarnos de pamplinas, lacitos blancos y pececitos. Siempre, el pensamiento único.

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