La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Los huesitos y la 'resignificacion'

En sí mismo el Valle de los Caídos es una condena de la soberbia y el mal gusto del dictador allí enterrado

Siempre atento a los problemas más urgentes que agobian a los ciudadanos -paro, corrupción, economía, políticos, sanidad y educación según el último CIS-, el PSOE sometió ayer al pleno del Congreso una proposición no de ley para instar al Gobierno a ampliar la Ley de Memoria Histórica, exhumar los restos de Franco y José Antonio Primo de Rivera del Valle de los Caídos, y "resignificar" el monumento. Me importa un higo lo que se haga con los restos del dictador y el fundador de Falange. Pero me preocupa que se considere importante esta cuestión, menor por carecer de relevancia política: José Antonio fue fusilado en 1936, Falange perdió el poder real en los años 50 tras el ascenso de los tecnócratas, Franco murió en 1975, el Régimen se desmontó entre ese año y el 79, y desde el 0,21% de votos que obtuvo en 1977 al 0,04% de 2016 Falange no existe electoralmente porque España es uno de los pocos países europeos en los que la extrema derecha no crece.

Comprendería que los franceses, a la vista de que más de 10 millones de sus conciudadanos han votado a la extrema derecha, se preocuparan porque se volvieran a robar los restos de Petain como sucedió en 1973, cuando un comando facha organizado por Tixier-Vignancourt, compinche de Jean-Marie Le Pen, el papá de Marine Le Pen, los sustrajo de su tumba de la isla en la que murió desterrado para enterrarlo en la Necrópolis Nacional de Douaumont, en la que están sepultados los caídos en Verdun. A los tres días los restos fueron devueltos a la isla. En cuanto a su segundo Pierre Laval, fusilado por colaboracionista en 1945 y enterrado en una fosa común, se autorizó a su familia trasladarlo al cementerio de Montparnasse donde descansa junto a Dreyfus -bromas de la historia-, Sartre o el Serge Gainsbourg de Je t'aime moi non plus sin que se tenga noticia de que tan dispares vecinos hayan manifestado su descontento.

Es irritante la estúpida pedantería de la "resignificación" del Valle de los Caídos. "Resignificar", palabra que la Real Academia no reconoce, nombra en psicología el proceso a través del que se da un valor o sentido diferente a algo. ¿Qué puñetero sentido o valor diferente se puede dar a este horrendo y megalómano monumento? En sí mismo es una condena de la soberbia y el mal gusto del dictador. Basta que se recuerde que fue construido por presos esclavos, como las pirámides, a mayor gloria del faraón bajito y regordete allí enterrado.

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