El francés Jean Giraudox escribió en los años treinta una obra titulada No habrá guerra de Troya, que tuvo una gran repercusión en su época, un tiempo en el que se temía el ataque de la Alemania nazi. En el drama, el héroe troyano Héctor y el héroe griego Ulises, hablando, llegaban a la conclusión de que sería un tremendo error iniciar una sangrienta guerra que estaba a punto de estallar. El acuerdo entre los dos inmensos guerreros, que incluía la devolución de la raptada Helena por parte del temerario Paris, estaba listo, y el espectador se preparaba para un final feliz. Pero un iluminado poeta frustra con sus retóricas y encendidas palabras toda posibilidad de pacto, arremetiendo contra los griegos y convenciendo a los troyanos de la inevitabilidad de la guerra. Esperanza: con el tema Cataluña aún estamos en el nudo. Temor: que en el desenlace la realidad imite a la ficción.

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