De tacón

Hugo / Vaca

El 'gordo' tocó en tierras catalanas

EL último partido del año se presentaba con dificultades no esperadas, siendo la más importante la ausencia de Lobos. Todas las miradas iban a estar en el jugador que ocupara su posición, responsabilidad que le tocó a Parri, que hasta el momento no ha podido certificar la fama que le hizo ser el referente en el Albacete, realizando un partido discreto.

Lo que sí funciono fue el bloque. El Cádiz se mostró como un equipo muy serio y, lo que es mas importante, supo manejar los tiempos del partido, jugar un partido de fútbol, con mucha concentración y colaboración defensiva cuando el necesitado rival buscaba llegar mas con el corazón que con la cabeza a la portería de Contreras.

La remontada protagonizada desde que Calderón está al frente de la nave cadista, ha devuelto la ilusión a la castigada afición, tras las idas y vueltas del verano con la venta de las acciones. Un buen final de año que deja unas perspectivas muy favorables para lo que resta de temporada, un tiempo interesante para cubrir las necesidades de un plantel que ha sabido revertir una situación negativa, pero que tiene puntos débiles.

Aunque queda mucha Liga por delante, no es descabellado comenzar a hablar y tener como objetivo el ascenso. El Cádiz es un equipo al que se le tiene bastante respeto en la categoría; por su historial, por su plantilla y, sobre todo, por su afición.

En el día del sorteo de la lotería, a los amarillos también les tocó el gordo en tierras catalanas, aunque para conseguir ese premio hubo que trabajar muy duro, estar concentrado y aplicar la sapiencia y la calidad de Gastón Casas para convertir un mal remate de Dani en el gol que permite atenuar las críticas por la venta de Lobos.

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