Pedro Sánchez, ¿ha hecho ya declaraciones? Fue a apoyar a Hillary Clinton. Yo no soy supersticioso y no sacaré conclusiones, pero le agradezco su viaje a USA, porque me ha ayudado a darme cuenta de que el gran fracaso de estas elecciones norteamericanas hay que atribuírselo a la Voluntad. Pedro Sánchez se empeñó en su no es no, y se despeñó. Los medios de comunicación y el pensamiento oficial se empestillaron en que Trump era impresentable, pero se presentó, y aquí estamos. Si hubiese ganado Hillary Clinton, hubiese sido menos excitante. En los últimos tiempos, las elecciones han vuelto a ser la fiesta de la democracia; la de Halloween, para muchos, aunque yo lo dejaría en una fiesta sorpresa. Por debajo asistimos a un choque de voluntades. La popular está muy harta de la prestigiosa o mayúscula. Pasó en el Brexit, con Colombia, y ahora en el Trumpazo. Y uno mira a Francia y a Alemania, y ve que puede volver a pasar. A partir de ahora, ser el candidato de los medios de comunicación y de los resortes de poder va a resultar muy contraproducente. Estaremos atentos a cómo el marketing político procesa esta nueva coyuntura.

Algunas analistas presumen de que España es el país con el voto más moderado de Occidente. En realidad, Rajoy se escapó de esta marea populista porque tenía enfrente muchísima opinión prestigiosa. Que es lo que da la victoria. En España, por defecto, el Partido Popular tendrá siempre, aunque gane elección tras elección, su sambenito de apestado que, en vista de cómo se están poniendo las cosas, es una bendición electoral. Lo del famoso dóberman ha sido un regalo, a la larga. El problema será cómo hacerlo en Alemania o en Francia, cuando, con el apoyo de todos, el candidato de la Voluntad tenga que enfrentarse a Alternativa por Alemania o al Frente Nacional.

Otra ventaja sobrevenida de Rajoy es su tendencia a tenderse. Alguien con esa predisposición a no entrar en acción va a ser un activo importante en los años turbulentos que se avecinan. Cuesta mucho imaginar a este hombre metiéndonos en ninguna guerra o en ningún lío. El político de derechas español que más se ha desentendido de la agenda moral hace gala de un lema ignaciano: "En tiempos de tribulación no hacer mudanzas". Él, tampoco en tiempos apacibles, me temo, pero como vienen atribulados, nos va a venir bien. A Rajoy no le va a terminar haciendo bueno el que le suceda, sino lo que sucede.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios