En esta provincia única puede ir uno a Conil un domingo primaveral, como este último de plena Cuaresma, y encontrarse en las calles con una concentración de chirigotas, ataviadas con disfraces ya demasiado calurosos para el mediodía, como un Carnaval más que atrasado. La causa de este anacronismo parece estar en que el Carnaval de Cádiz capital es demasiado poderoso y se lleva toda la atención en las fechas que corresponden. Por eso, algunas poblaciones proceden a retrasar sus festejos, para que así sus agrupaciones luzcan más. No está mal como solución turística. No parece que eso pueda valer para Navidades, aunque ya hay lugares que celebran la Nochevieja a mediodía o en pleno mes de julio. Pero a lo mejor los cofrades gaditanos, partido el corazón con su deseo de acudir a Sevilla, podrían retrasar la Madrugá hasta el jueves siguiente. Y todos tan contentos.

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