De tacón

Pedro M. Espinosa / Cádiz / Hugo / Vaca

Una década de enemistadDuelo de necesitados

Desde que sus destinos se cruzaran en aquella fase de ascenso del año 2001, Nástic y Cádiz han mantenido una gran rivalidad · Los catalanes llegan en racha

El Nástic de Tarragona vuelve a cruzarse en el camino del Cádiz en un momento trascendental. A falta de cuatro encuentros para la conclusión de la temporada, ambos equipos están empatados a 46 puntos pero da la sensación que los catalanes llegan a la última curva en mejor estado. De hecho, el cuadro de César Ferrando no ha perdido en las siete últimas jornadas, aunque se presentará en el Ramón de Carranza con algunas bajas importantes. La más significativa es la de Abel Buades, futbolista que llegó en el mercado invernal de la pasada campaña al equipo gaditano y que ofreció un rendimiento muy por debajo de sus posibilidades. De regreso al club rojillo ha vuelto a ser ese hombre con voz y mando en la medular, aunque una lesión le impedirá ayudar a su equipo en estas jornadas decisivas. El otro gran ausente será el lateral derecho Óscar López. Ambos pueden ser sustituidos por y el canterano Medina y Óscar Rubio, respectivamente.

El Nástic de Ferrando, que sigue utilizando el 4-1-4-1, su sistema preferido, no pierde desde que el Numancia venció en Tarragona 1-2 el pasado 30 de marzo. Desde entonces ha sumado tres triunfos (Celta y Sevilla Atlético en casa y Málaga fuera), y cuatro empates (Ferrol y Hércules, en casa y Sporting de Gijón y Real Sociedad, fuera), con 10 goles a favor y siete en contra.

La línea defensiva es su punto flaco, sobre todo en las jugadas a balón parado, aunque sus dos centrales: el argentino Abraham, un espigado que va bien por arriba; y el David García, han mejorado últimamente. Mairata, que durante buena parte de la campaña ha sido titular, está renqueante aún de su lesión y tampoco será titular en esta ocasión.

En cuanto al centro del campo, toda vez que ya se ha comentado que Medina sustituirá a Buades, el senegalés Diop y Óscar Arpón lo escoltarán un poco más adelantados, dejando las bandas para Campano -futbolista que estuvo en la órbita cadista en verano y que prefirió la oferta catalana- y Jandro, aunque éste suele intercambiar frecuentemente su posición con Arpón.

El único punta será Moisés García, un trotamundos del balompié español que siempre crea complicaciones a las defensas rivales en los balones aéreos. Además, en el banquillo estará otro viejo conocido de la afición cadista, el ex xerecista Calle, que también sonó insistentemente la pasada Liga para llegar como refuerzo invernal. Maldonado, que el año próximo jugará en el Cádiz, empezará el duelo en el banquillo.

EN esta atípica temporada del Cádiz, desde hace algunas semanas el comentario generalizado de los responsables técnicos y de los propios futbolistas, es que hay que disputar un final cada jornada.

Ante el Nástic se da la circunstancia de enfrentarse a un equipo que partió con los mismos objetivos que los amarillos y muy pronto esos sueños se volvieron pesadillas, buscando ahora un triunfo que les permita respirar. Deportivamente llegan en igualdad de condiciones, futbolísticamente los tarraconenses están con la moral más elevada, tras los siete partidos que llevan sin perder y ganando tres de los cuatro últimos, mientras que los cadistas no terminan de encontrar el once que dé la estabilidad y seguridad necesaria para tener garantías en estos compases finales.

En estas situaciones hay que dar las menores ventajas posibles a los rivales, Gustavo López es un ejemplo de profesionalidad y goza de unas cualidades futbolísticas excelentes, pero las últimas semanas ha entrenado a un ritmo inferior. Se le cuida con tratamientos de recuperación para que esté apto y el jugador deja todo lo que tiene en el terreno de juego, pero el trabajo con el grupo no es el mismo; en el habitual partidillo Enrique jugó por la derecha y Kosowski por la izquierda, si Gustavo sale de titular, el polaco seguramente sería el que jugara por la derecha. En las estrategias ocurre un tanto de lo mismo, ya que el argentino es el encargado de sacar muchas faltas.

Los catalanes también tienen las sensibles bajas de Óscar López, Mairata y sobre todo de Abel Buades, que en Cádiz no funcionó pero que para Ferrando era una pieza fundamental.

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