La ciudad y los días

Carlos Colón

Sin contemplación

EN Inglaterra, Francia o Italia la página web Internacional Boy Love Day, que convocaba a la celebración del Día Internacional del Orgullo Paidófilo, está bloqueada. En España, no. Consultado por la Fiscalía General del Estado, el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil ha informado que la web está alojada en un servidor de EE UU; que la convocatoria es de hace dos años; que la paidofilia no constituye delito, ya que se refiere a una preferencia sexual, siendo delito la pederastia que supone su consumación; y que la Fiscalía podría encontrar indicios de delito en la web si considerara que incita a la pederastia.

Los matices son necesarios para no incurrir en peligrosas simplificaciones, pero a veces incitan a la confusión. Para la Academia la pederastia es el "abuso sexual cometido con niños" y la paidofilia, la "atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes". La primera sería una cuestión penal y la segunda moral. Pero también las iguala al definir al paidófilo como quien "siente esta atracción o la lleva a la práctica". En cualquier caso ambas son condenables en la medida en que el deseo de un adulto abusa de un niño indefenso, pudiéndole causar daños físicos, o se impone a un adolescente que carece de la madurez que hace posible la libertad de elección sexual. También cabe diferenciar entre la atracción hacia niños o hacia adolescentes, y entre los paidófilos que controlan su deseo o lo consuman; pero conviniendo que unos y otros nos sitúan ante una de las manifestaciones más degradadas de la naturaleza humana.

El avance civilizador y ético pretende erradicar el uso sexual de niños y adolescentes que en determinados momentos históricos, tan distintos y lejanos como la Roma antigua o el Londres victoriano, ha sido en un caso celebrado y en el otro consentido (hacia 1860 "trabajaban" en Londres unas 80.000 prostitutas, de las cuales una décima parte tenía menos de 15 años: la edad adulta sexual se situaba en los 12 años). Estimo peligroso, y más en estos tiempos de difusión de lo peor y lo mejor a través de Internet, cualquier paso atrás en esta lucha que pretenda recuperar aquella "libertad" que gozaban los romanos o los caballeros victorianos para tener relaciones sexuales con menores. Algo nauseabundo que no pocas veces ha sido defendido por esa casta intelectual que toma la perversión por trasgresión liberadora. Por mi parte estoy con los padres de Mari Luz, de Sandra Palo o de Patricia Izquierdo, que hace unos días se manifestaron en Madrid exigiendo el endurecimiento de penas para los pederastas.

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