Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Desde saturno

Jorge Bezares

Sin concertación

 Aunque los cien días de confianza no hay quien se los quite, los primeros pasos en serio del Gobierno de Mariano Rajoy son decepcionantes. Si en el arranque abundó la moderación y las buenas formas democráticas sobresalieron en la toma de posesión de los nuevos ministros, en la puesta en escena del ajuste histórico de 8.900 millones de euros y de la subida generalizada de impuestos pecó de radical y faltó a la verdad.  A estas alturas, caminito de los seis millones de parados, no se pueden justificar muchas de las medidas adoptadas, sobre todo el incremento del IRPF y del IBI, sobre la "herencia socialista". Es verdad que el Gobierno de Rodríguez Zapatero, como timonel, tiene mucha responsabilidad de que, al final, el déficit público vaya a ser del 8% -habrá que esperar, en cualquier caso, a febrero-, dos puntos por encima. 

Pero no es menos cierto de que esa desviación es atribuible, fundamentalmente, a las comunidades autónomas, tal como reconoció el viernes el propio ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. Y en ellas, en la mitad de ellas hasta los últimos comicios autonómicos, ha tenido responsabilidad el PP, con la Comunidad Valenciana encabezando junto a Cataluña el ránking de endeudamiento y de mangancias. Eso sin olvidar a Madrid, capital de las trampas con casi 7.000 millones, el 25% de toda la deuda que concentran los 8.114 consistorios españoles. Dicho esto, lo peor de todo no es endosarle a los sociatas toda la ruina económica y social de España, en un intento de trasladar confianza a los mercados (¿?), sino que los populares inauguraron su casillero de grandes mentiras. Antes de anunciar el ajuste y la subida de impuestos, trasladaron un primer paquete de medidas enfocadas a beneficiar a los que peor lo estaban pasando con la crisis, sobre todo los pensionistas y los parados. Pues bien, con la calculadora en mano, la mitad de los primeros perderá poder adquisitivo con el ajuste de Rajoy, y otros tantos tendrán para un café más cada tres o cuatro días. 

Los parados se quedarán, por ahora, como estaban, pero los trabajadores del Salario Mínimo Interprofesional no verán incrementados sus 641 euros al mes en 2012. Y los empleados públicos sufrirán una nueva congelación de sus haberes y tendrán que trabajar más. Además, con más paro en el horizonte, el PP ha abortado cualquier posibilidad de alumbrar el espíritu de concertación que necesita este país no para crecer sino para resistir, que es lo que toca ahora. Habemus bronca gorda en el horizonte.

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