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Su propio afán

enrique / garcía / mÁiquez /

Es complejo

Los refugiados agolpándose en las fronteras para agolparse luego en Europa son aldabonazos en nuestra conciencia. Pero tenemos reparos a declarar nuestra desolación, pues, al no saber acompañarla de acciones decididas y eficaces, nos hace sentirnos hipócritas y demagógicos. Un aforismo de Gregorio Luri pone el dedo en la llaga: "Viendo las terribles imágenes de la tele dijo 'me da vergüenza ser europeo'. Cinco segundos después, siguió de vacaciones".

Por suerte, otro aforismo de Luri no es menos importante y ofrece un hilo de luz que seguir: "Hay algo que debiéramos ocultar al tercer mundo (para evitar su contaminación): nuestro complejo de inferioridad moral". En efecto, los europeos encaramos esta crisis humanitaria, y tantas otras, con dos complejos tan contradictorios que nos anulan: el de la superioridad (material) y el de inferioridad moral.

Puede extrañarnos un complejo de inferioridad cuando todos los refugiados y emigrantes quieren venir y cuando estamos tan pomposamente satisfechos de nuestros Estados del Bienestar. Pero sabemos que no le faltaba razón a Ortega cuando diagnosticó que esta época es superior a todas e inferior a sí misma. Tenía razón como mínimo en tres cuartas partes de la frase: en la segunda mitad entera y en la superioridad material de ahora. Eso explica ambos complejos cómplices, que están interconectados por el precio, precisamente, que estamos pagando en valores por este bienestar.

El complejo de inferioridad tiene, por tanto, bases reales y, cuanto más tratamos de compensarlo con comodidades, más crece. Chesterton ofrece unos indicadores: "Un sentimiento de incomodidad acerca de la propia civilización hace que se juzguen otras civilizaciones como aún más incómodas. Para no ver lo negro que hay ahora se presentan otras épocas como muy negras. Como el puritano que quema brujas pero se justifica diciendo que no quema herejes. […] Como si Nerón dijese que al menos él no mataba niños como Herodes. Nueve veces de cada diez, el hombre que presume de ser mejor que sus predecesores en algún aspecto es mucho peor que su predecesor en otros aspectos".

La cuestión es compleja, pero nunca podremos ayudar al tercer mundo ni a nadie hasta que no demostremos más moral, menos complejos y un sano orgullo de nuestra civilización. Viendo cómo vienen a nosotros, es lo que esperan. Acogerlos con generosidad es sólo un primer paso, aunque fundamental.

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