Las cloacas de la política

¿De qué se extrañan? En este país le colocaron un micrófono oculto al ministro del Interior en su despacho

Algunas veces los políticos simples caen en sus propias trampas. Es lo que ha pasado con las reacciones a la dimisión de Cristina Cifuentes. Desde que ocurrió lo del máster de la Universidad Rey Juan Carlos estaba claro que era víctima de un chantaje político. Sin embargo, cuando han salido las imágenes del presunto hurto de dos cremas de cosmética (valoradas en 40 euros) en un supermercado de Eroski, algunos lo han entendido. Podemos y PSOE aprovecharon el máster para una moción de censura a Cifuentes. Aun así, Pablo Iglesias denunció ayer el "periodismo de cloacas" con el que sectores "de ultraderecha" han acabado con Cristina Cifuentes. Iglesias llegó a hablar de "gentuza para destruir a un ser humano". Se le ha caído la venda de los ojos.

¿Es más grave falsear un máster o mangar en un supermercado? Al parecer, para los de Podemos, es más tolerable lo segundo. En todo caso, se fundamenta en lo mismo: la mentira, el engaño, la trampa... Evidentemente, no es tan grave el mal causado como el modus operandi. Sin embargo, tiene toda la razón Pablo Iglesias cuando dice que esto se ha montado para destruir a un ser humano. El "periodismo de cloacas" se ha activado por una política de cloacas, que perseguía como objetivo la cabeza política (y la retirada) de Cifuentes. Demasiado tarde, en Podemos se han dado cuenta de que ellos y el PSOE hicieron de tontos útiles, por pasarse de listos. Y que los sectores beneficiados están en otro lado.

Alguien se guardó la grabación para utilizarla. La semana pasada, cuando se hablaba de la moción de censura, y de si Rajoy quería que Cristina Cifuentes dimitiera o no, alguien insinuó en una emisora de radio que todavía podría haber acontecimientos peores. Es decir, alguien sabía algo. Desde luego lo sabían aquellos que han incumplido la normativa legal, sin destruir el video, y lo han conservado durante siete años para filtrarlo en el momento oportuno.

Es un chantaje político, sí. Pero, bueno, ¿de qué se extrañan? En este país le colocaron un micrófono oculto al anterior ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en su despacho. Los partidos de la oposición, con tal de aprovecharse, criticaron al ministro, pero no al espionaje. Esto funciona así. Se usa y se abusa de los contenidos cloaqueros, según las circunstancias.

La única lección de lo ocurrido es que los chantajes son peligrosos para todos. Empezando por los que mangan, claro, sea en un despacho o en un supermercado. Tenemos una política de falsa moral y de cloacas.

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