Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

La ciudad redimensionada

Carlos Díaz insistía a finales de los años 80 que a Cádiz llegaría el AVE, era asunto seguro. Dice RENFE que si el AVE se retrasa se puede pedir la devolución del importe del billete, con lo que los 125 mil gaditanos podríamos hacer cola para que nos reintegrasen el dinero del tren que nunca llegó si acaso como decía el Masa "el AVE llegará a Cádiz cuando se quede sin frenos". No es potestativo de Carlos Díaz esos anuncios fastuosos de infraestructuras que luego no aparecen por ningún lado. Ahora Antonio Sanz le llama redimensionar las inversiones. Es decir, si antes se iba a poner un edificio multiusos en el solar resultante de los derribos del Gobierno Civil y de Radio Juventud, ahora será una cosa más cortita, un centro jibarizado, pequeñito. Por si fuera poco no sabemos ni cuando lo van a hacer, que ya se sabe que Cádiz es una especie de Canarias político: en lugar de una hora menos como en las Islas Afortunadas aquí tenemos 15 años de diferencia . El hiperactivo Delegado del Gobierno en Andalucía nos anuncia la redimensión de las instalaciones a la vez que dice que la nueva Comisaría se hará en la Avenida de Astilleros porque la obra de reforma que se acomete por un millón de euros en la actual no va a servir para nada. Esas actuaciones incomprensibles de la administración donde no debe importar mucho el dinero porque sobra y, como dijo la ministra Carmen Calvo, el dinero público no es de nadie: lo del común lo del ningún. Así que la Comisaría y el edificio de servicios de la administración central irán a parar al limbo de inversiones prometidas donde están tantas de la Junta que falta espacio en los 2.000 caracteres que me deja poner aquí el director. Lo doy por sabido. O la cantidad de obras prometida por Ayuntamientos variados, desde la Ciudad del Mar a la gran cantidad de museos de Teófila. Todos al caldero, como en el estribillo de El Brujo de Martínez Ares . A ese puchero habría que echar a los políticos para hacer el ungüento que pedía el tango de principios del siglo XX para darle a Cádiz cuarenta unciones para ver si la gente espabila de una vez y reclama lo que se promete. Todos nos quejamos de Donnald Trump porque está haciendo lo que prometió en la campaña pero no he oído aquí quejas porque los gobernantes incumplan lo que vienen prometiendo de manera reiterada desde hace años. A nadie se le cae la cara de vergüenza pero llenan la administración de asesores y otros chupópteros que decía el Butanito. Élites extractivas de rentas les dicen ahora.

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