KIKO, Arteaga, Barla, Calderón, Javi, Cortijo, los Mejías, Mané, López, Luque, Jose, Raúl Procopio, Paz, Raúl López o Velázquez. Éstos, y otros muchos que no cabrían en este artículo, son algunos de los nombres que hicieron un día historia en el Cádiz al pasar del filial al primer equipo y consolidarse en sus filas. Unos con más acierto, otros con menos, y todos con la mirada más crítica desde la grada, que siempre ha solido perdonar más los errores de los jugadores foráneos que los de la propia cantera.

Si hiciéramos un elenco detallado de todos los jugadores que del Cádiz B han pasado a la primera plantilla, tendríamos diferencias considerables entre quienes lo hicieron en los años 80 y principios del 90, los que pasaron en la última década del siglo o quienes entraron en los últimos años. Y, seguramente, veríamos un hueco grande en cantidad y calidad coincidiendo con la etapa en la que el Cádiz penó por la Segunda B, un tiempo en el que salían jugadores, algunos, pero en los que otros se marchaban a otros lugares ante la ausencia de perspectiva de jugar en otra categoría.

A lo mejor, a estas alturas, en el Cádiz estarían jugando, o hubieran jugado, Güiza, Jurado, Barral, Melli, Juanito o Falcón, por poner sólo varios ejemplos. Son jugadores nacidos en la provincia, que hoy triunfan en sus equipos, pero que el Cádiz, en algunos casos, dejó ir o, simplemente, no los buscó porque la cantera no era un referente para la entidad.

Puede que los tiempos cambien ahora. Bienve ya debutó en Liga. Otros lo hicieron, y con buenas sensaciones, en el Trofeo. Y hasta el Cádiz B regresó este domingo a Carranza, el lugar que debe convertirse en sede habitual para sus encuentros, pues los chavales se sentirán más observados, más animados, más motivados, por mucho que las nuevas instalaciones del Rosal sean ejemplares. También lo son las novelas de Cervantes y donde alcanzó la gloria fue con El Quijote.