Es cierto, hay cosas que a los hombres nos gusta hacer solos. Y es cierto, hay cosas que a las mujeres les gusta hacer solas . Últimamente, también a los hombres nos gusta hablar solos de cocina y guisos. Los hombres que siempre hemos sido calzonazos, o así se nos llamaba (no sé si ahora es incorrecto, si es así, disculpas), siempre hemos preferido hacer los baños en nuestra soledad masculina y llevamos mal que se nos afeen las arrugas que hemos dejado tras hacer la cama. Es verdad que no planchamos bien, pero nos gusta ese momento de intimidad con el vapor. Nosotros, los calzonazos, llevamos las copas mientras nuestras mujeres nos masacran en la sobremesa y, al limpiar platos, con el fútbol de fondo en la radio, es verdad, hablamos de nuestras cosas, de algo que vimos en las rebajas. Es un bonito momento de comunión masculina (yo friego y tú secas ¿vale?). Pero nadie nos quiere incluir en ninguna plataforma. Los calzonazos estamos solos.