Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

El artículo 155

A Rajoy le falta el apoyo claro del PSOE, que no acaba de sumarse al frente constitucional en el que ya está Ciudadanos

Es el artículo de nuestra Constitución que permite al Gobierno adoptar las medidas para obligar a una comunidad autónoma al cumplimiento forzoso de las obligaciones que la Constitución y otras leyes le imponen. Para ello puede dar instrucciones a todas las autoridades de esa comunidad. El trámite es sencillo, porque basta con el previo requerimiento al presidente de esa comunidad y si no es atendido, con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado. Es el artículo que permite suspender la autonomía de una comunidad y, sin duda, fue una previsión oportuna del legislador constitucional, que conocía la historia de España.

A la vista de la convocatoria de un referéndum por parte de Cataluña, en el que bastaría un solo voto más que la suma de los no para proclamarse independiente de España, que es parte de ella desde que España es una nación, habrá que preguntarse si es llegado el momento de aplicar el artículo del titular, para lo que no necesita de otras fuerzas parlamentarias, puesto que cuenta con la mayoría absoluta del Senado. Pero Rajoy se ha resistido a adoptar por sí solo esta medida. Y ello por la falta del apoyo claro y decidido del PSOE, que no acaba de sumarse al frente constitucional en el que ya está C's. Más exactamente, de su secretario general, que ordenó cambiar el sentido del voto y convertirlo en no cuando se vota en el congreso una moción de apoyo a los poderes ejecutivo y judicial. Una diputada y otros cuatro diputados, parece que andaluces, disconformes, rompieron la disciplina de voto.

Ayer, la Guardia Civil entró en las consejerías, detuvo a 14 altos cargos e incautó papeletas para el referéndum, pero lo hicieron en cumplimiento de la orden del Juzgado 13 de Barcelona, que acordó dichas detenciones y registros, medidas ratificadas por el TSJ de Cataluña. Y ese Juzgado lo manda porque el Tribunal Constitucional ha anulado la tramitación de las leyes de ruptura. La Fiscalía se ha querellado, además, contra aquellos altos cargos por los delitos de prevaricación, desobediencia y malversación de caudales. No hay, pues, como dicen, los que se concentraron en la Puerta del Sol, ni suspensión de facto de la autonomía ni la aplicación de medidas propias del estado de excepción. Todas y cada una de estas medidas han sido acordadas por la autoridad judicial, en el marco de su competencia y aplicando unas leyes, que son las vigentes. Lo propio de un Estado democrático. Lo que no es democrático es convertir nuestros sentimientos y aspiraciones, por fuertes y justos que puedan ser, en la ley que nos habilite para lograrlos.

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