EL presidente del Gobierno hizo ayer, al fin, un diagnóstico de la situación de la economía española y anunció una serie de medidas encaminadas a afrontarla. Con respecto a lo primero, no se libró Rodríguez Zapatero de su optimismo exagerado. Reconoció serias dificultades, pero pronosticó un crecimiento por debajo del 2% anual -la previsión oficial era del 3% hace sólo unos meses-, todavía superior al que consideran todos los analistas que han examinado la cuestión. La posibilidad de un crecimiento negativo no es ninguna exageración, teniendo en cuenta el 0,3% registrado en el primer trimestre del año y los síntomas que se amontonan con respecto al segundo. En cuanto al recetario para hacer frente a la crisis, hay de todo. Es pretencioso llamar "plan de austeridad" a un programa de reducción de la oferta pública de empleo del 30% y la congelación salarial de los altos cargos, medidas que tienen un efecto más simbólico que real. Sí son muy convenientes la entrada de capital privado en las empresas públicas de puertos, aeropuertos y Renfe, así como la reducción de aranceles de notarios y registradores para la creación de empresas. Sin olvidar que continúan pendientes auténticas reformas de fondo para mejorar la competitividad de la economía nacional, como la del mercado de trabajo, el sistema de pensiones y el mercado energético, otras reformas anunciadas se pueden estimar positivas, aunque la generalización con que han sido presentadas por Zapatero exige aguardar a conocer si su concreción se adecua a los objetivos pretendidos. Es el caso de la modernización de la Formación Profesional y la liberalización de los servicios, con las que no es difícil estar de acuerdo, pero que hace falta someter a la prueba de la verdad cuando se vea cómo se piensan acometer. En resumidas cuentas, el diagnóstico del Gobierno todavía peca de triunfalista, si bien la panoplia de medidas enunciadas, dentro de su limitación, parece orientarse en la buena dirección. De la crisis vamos a salir, seguro, pero es necesario conocer si lo haremos en mejores condiciones que las de partida.

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