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A pie de campaña

Javier Saugar / Jorge Bezares

Zapatero y Rajoy cantan victoriaLectura de los sondeos

Los socialistas festejan que su líder ganó "8 a 3" el cara a cara y los populares replican que fue Rajoy el que se impuso "por goleada" · El PSOE acusa a Rajoy de "crispar" y el PP a Zapatero de "mentir"

Ante el peligro, cierre de filas y fe ciega en uno mismo. Es una de las máximas en la política. Las urnas arrinconarán cuatro años en la oposición a PP o PSOE. Ambos quieren evitarlo y disimulan los nervios ante un horizonte incierto. Otro clásico es demonizar al rival y negarse a reconocer los errores propios mientras se exprimen los ajenos. Una práctica creciente.

PP y PSOE pusieron ayer en circulación estas teorías al cruzar sus visiones antagónicas sobre el desenlace del duelo de sus líderes en televisión, seguido por más de trece millones de televidentes. Ambos se apuntaron la victoria. Necesitan creerlo para mantener en tensión a su electorado.

"Faltón, radical y crispador". Es el balance que hizo el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, de la intervención del candidato del PP, Mariano Rajoy. Los populares, vía argumentario, centraron sus críticas en que su líder "cogió" al candidato socialista en "varias mentiras en directo". Ninguno admitió errores. El experimento de aplicar a uno mismo los defectos que se aprecian en el oponente ofrece un resultado curioso. Da pistas de los términos en los que se movió el debate.

El presidente salió a incomodar a Rajoy. Las intromisiones en la intervención del líder del PP se multiplicaron a medida que el debate descontaba minutos en el reloj. Trató de forzar la versión más agria de Rajoy. El presidente del PP, en cambio, silenció las réplicas del rival cuando éste aludió a la anterior tregua de ETA con Aznar, y miró a otro lado cuando acusó al PP de avalar la teoría de la conspiración sobre el 11-M.

Igualmente llamativa resulta la coincidencia de los términos que emplearon PSOE y PP para poner nota al rival con la versión que les interesa proyectar del contrario. La sincronía es perfecta. En el PSOE existe el convencimiento de que la cara más agresiva de Rajoy les dará más votos. Por eso, convencidos de que con ello dan en la tecla, Blanco barrenó: "Rajoy se quitó la careta de moderado y volvió a reeditar la crispación". "No se merecen que una persona pueda actuar así para ganar un puñado de votos", dijo sobre la acusación más agria del cara a cara que Rajoy lanzó a Zapatero, cuando le culpó de "agredir a las víctimas" de ETA. De la Vega apuntilló: "Zapatero ganó 8 a 3 a Rajoy".

Los populares, en cambio, creen que las "mentiras" de Zapatero en el proceso de negociación de la paz con ETA, el frenazo económico y la inmigración les darán la victoria. Con Zapatero, "a los españoles les espera ración triple de cesión a los nacionalistas y ETA", dijeron. Acebes completó: "Rajoy ganó por goleada".

Como las valoraciones son irrelevantes, por egoístas, para extraer conclusiones del debate un elemento que puede esclarecer este entuerto son los efectos del cara a cara en las dos maquinarias electorales. Zapatero anuló dos actos de campaña previstos para hoy y mañana. El pretexto: dar "mayor protagonismo" a los ministros.Y sólo se refirió al debate para quejarse de que "en una hora y media", Rajoy "no se refirió a ninguna política social". En el PP hubo noticias de Aznar. "Estaréis más contentos tras el segundo debate", dijo a sus simpatizantes. Rajoy remató: "Me siento más cerca de ganar".

EL día después, el PSOE encumbró a Zapatero, y el PP levantó el brazo de Rajoy. Sin embargo, la inmensa mayoría de los sondeos otorgó la victoria al candidato socialista. Si los comicios fueran unas presidenciales, ZP ganó el debate. Pero el 9-M se celebrarán unas legislativas y se presentarán otros partidos y otros candidatos, que en 2004 sumaron más de cuatro millones de votantes frente a los once millones del PSOE y los casi diez del PP. Este electorado, que pertenece a IU, CiU, PNV, ERC, BNG, principalmente, y que representa casi el 20% de los votos emitidos el 14-M, compró mucho mejor el discurso de Zapatero que el de Rajoy y , casi con toda seguridad, decantó los sondeos a favor del candidato socialista. Un resultado tan ajustado es una buena noticia para el PP, que puede legítimamente hacer la lectura de que Rajoy convenció más a su electorado que Zapatero al suyo, que no salió ni entusiasmado ni movilizado del primer cara a cara.

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