Yates y pateras

Siempre que llega una patera despistada a una playa parece que la culpa es de los turistas

En el Puerto de Cádiz, durante gran parte del pasado mes de agosto, llamó poderosamente la atención un megayate, el Yas, que pasa por ser el octavo más grande del mundo. A cuantos lo vimos nos pareció estupendo. Permaneció atracado en el Muelle Ciudad, justo enfrente de la plaza de San Juan de Dios, y se diría que ya formaba parte del paisaje gaditano. Con ese gesto, su propietario, el jeque Hamdan bin Zayed Al Nahyan, demostró que no era un hombre rencoroso, pues en la estancia anterior se recibió la visita a bordo de un caco despistado. Un desliz que no se ha repetido en tan céntrico enclave. En esos mismos días de agosto, por cierto, llegaron a nuestras costas un montón de pateras con cientos de migrantes, que no pagaban 900 euros al día por el atraque.

Esto lo recuerdo porque siempre que llega una patera despistada, procedente de Maruecos, a la playa de los Alemanes de Zahara parece que la culpa es de los turistas. Esos asquerosos ricos que se estaban tostando al sol, gastándose un dinerito curioso en el hotel de Atlanterra o en el apartamento turístico, mientras los desgraciados se juegan la vida. ¿Y el jeque qué? Es de Abu Dhabi, uno de los Emiratos Árabes Unidos, donde los petrodólares circulan con facilidad, y existe una riqueza espectacular.

Curiosamente, los migrantes acuden en busca de trabajo a nuestra Europa, en mayor número que a los territorios árabes. Es verdad que a los africanos que llegan hasta Marruecos les pillan más lejos las fronteras del Golfo Pérsico, pero en otros casos sucede lo contrario. Los emires, jeques y demás se dedican a lo suyo, que es invertir en el París Saint Germain, navegar en sus megayates, o cualquier cosa que se les ocurra para practicar la lógica del capitalismo petrolífero, mientras los otros se mueren de hambre por culpa del Rey de España y de Rajoy, según la dicha lógica anticapitalista.

La Autoridad Portuaria gaditana dijo, con razón, que la larga estancia del megayate Yas podría marcar tendencia. Ojalá sea así. Ojalá se nos llene el Muelle Ciudad de Cádiz con megayates grandísimos, con sus emires, jeques y concubinas, que monten el harén de las 1.002 noches dentro del puerto, porque fuera eso sería sexista.

Y ojalá que den algunas limosnitas para el Domund, y así les puedan llegar a esos pobres desgraciados de las pateras, que se juegan la vida unas millas más allá, en la misma costa, engañados por unas mafias y por unos bandidos que les prometen una vida mejor, parecida a la de esos turistas infieles que los vieron llegar en la plena luz de las playas, estupefactos, mientras se bronceaban como un jeque.

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