Veinticinco años de calvario urbanístico ha vivido nuestra ciudad. Probablemente la situación viene heredada de un pasado cara al sol. Según me contó un responsable técnico de Urbanismo, los escándalos en esta ciudad fueron mayúsculos antes de la Democracia. Al parecer algunos ediles y diputados provinciales del antiguo régimen, por arte de prestidigitación lograron pasar a manos privadas muchos terrenos públicos en Valdelagrana y en la Costa Oeste. Tanta fue la impunidad, que cuando llegaba la transición un oportuno incendio en las dependencias municipales borró huellas, planos y no se qué otros valiosos documentos. Incluso las malas lenguas me contaron que se perdió todo un plan parcial de una macro urbanización de la muy noble ciudad del El Puerto de Santa María. Incluso se dio la paradoja de "expropiarle al Estado" numerosas hectáreas de bosque público. De todo no puedo dar fe, pero muchos de esos hechos son públicos y notorios.

Después hemos sido testigos de interminables tramitaciones de varios planes urbanísticos abortados, de los cuales uno solo vio la luz cargadito de contradicciones y de agujeros por donde se han colado a destajo la especulación salvaje y la deforestación vil. En estos años hemos leído rimbombantes artículos de profesionales del Derecho y de la Arquitectura que han pretendido dar lecciones de moralidad urbanística. Algunos han sido autores materiales de desaguisados urbanísticos inmorales, que han mermado rincones encantadores de nuestro litoral o mancillado el casco histórico con obras horrendas. Hay que pasar página, y algunos que de los que tienen responsabilidad política y profesional de lo pasado deberían, por ética, cuando menos callarse.

Por ultimo quiero dar la bienvenida a Manolo Fustegueras, nuevo responsable del futuro urbanístico de nuestra ciudad. Esta madrugada, mientras paseaba por ese maravilloso paseo marítimo que diseñó en Cádiz, hice estas reflexiones y recordé cómo me impresiono la huella de su mano urbanizadora en mi Jerez natal. Magníficas infraestructuras y una maravillosa apuesta peatonal. Ojalá que en El Puerto le dejen hacerlo igual de bonito.