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Vivir en La Viña

Ha sido un pelotazo del Kichi más Kichi, ha salido en los telediarios como el buen anticapitalista de Podemos

El campeonato nacional del Populismo ha comenzado. A ver qué padre y qué madre de Podemos son los más buenos. Nuestro alcalde, José María González, ha arrancado con fuerza. Y si bien su compañera Teresa Rodríguez guarda un prudente silencio, ha quedado claro que un anticapitalista como Marx manda no debe copiar las costumbres propias de la casta a la que decían combatir; si bien es cierto que ya no lo dicen, o será que yo no lo oigo. Más allá de las polémicas por el chalé de la señorita Irene y el señorito Pablo (a los que no menciona), el alcalde de Cádiz ha expresado su orgullo por vivir en el barrio de La Viña como un currante. Esperemos que eso no sirva para elevar el precio de la vivienda viñera. Según Tinsa, Cádiz es la quinta ciudad más cara de España.

Ha sido un pelotazo del Kichi más Kichi, yo se lo reconozco. Porque él, con su comunicado, ha salido en todos los telediarios y se ha presentado como el buen anticapitalista de Podemos, mientras que el otro (al que no cita) es el malo. Ante los ojos de toda España, en plena polémica inmobiliaria, nuestro alcalde ha quedado como un verdadero filántropo, un patriarca de la solidaridad, que dona gran parte de sus sueldos, según manda el Evangelio de Podemos, al que ellos llaman Código Ético. Porque eso de ayudar a los pobres ya estaba inventado desde antes del profeta de los indignados.

Anda que al otro (al que no menciona) le habrá sentado bien... Una pareja frente a otra. La pareja buena, formada por José María González y Teresa Rodríguez, frente a la pareja mala, formada por Pablo Iglesias e Irene Montero. Les dijeron que se callaran, que no criticaran al líder, y ya ves. ¡Tururú! No en vano, Teresa Rodríguez, cuando cobró su primer sueldo como europarlamentaria, se hizo unas fotos a la puerta del vil banco, explicando que donaba todo lo que le sobraba a una asociación, que por cierto sigue teniendo muchas necesidades.

Está muy bien que sean austeros y generosos y que vivan como la gente corriente y que se conformen con su pisito de la Viña y que sea falso aquello que se rumoreaba sobre lo que habían comprado en Puerto Real. Hay que serlo y parecerlo. Pero, como son anticapitalistas, no esperan que Dios se lo pagará, sino que prefieren que se lo paguen sus votantes. Y por eso detallan el importe de la donación, y a qué asociación se lo ha regalado. Son filántropos, pero no tontos, y su mano derecha se entera de lo que hace su mano izquierda, y todo el mundo también. Ahí se incluye el que no nombra, el indignado de Galapagar, el que no vive como un currante, porque todavía hay clases, profesores y alumnos, incluso en Podemos.

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