ENTIENDO bien el talante conciliador de los representantes de la urbanización portuense Vistahermosa. Ante el revuelo originado porque reservasen aparcamientos de su propiedad para que aparcaran los propietarios, han decidido meter la marcha atrás y cederlos para el uso común. Lo hacen protestando "su legítimo derecho", como si eso importase a nadie, mientras que sigan renunciando a su ejercicio. El Ayuntamiento del Puerto se apunta, satisfecho, este primer éxito de gestión. Ojalá vengan muchos más, y de más sustancia.

Yo, sin embargo, lamento la cesión exprés. Los derechos legítimos son jurídicamente renunciables, pero conllevan el deber moral de sostenerlos y defenderlos. Decíamos ayer que dos se pelean con que quiera uno, pero a base de claudicaciones el que no quiere pelearse puede retrasar la confrontación o incluso cosechar los frutos de la derrota ahorrándole al otro el mínimo esfuerzo.

También como columnista siento que el arreglo haya sido tan raudo. Hubiese tenido su chispa costumbrista un artículo describiendo esa manifestación motorizada que pretendía bloquear la urbanización. Me relamía pensando en una protesta contra los privilegiados, ¡y de colectivos con acendrada sensibilidad ecologista encima!, en la que echarían la mañana quemando caucho, como decía mi abuela, esto es, revolucionando -¡revolución que no falte!- los motores de sus coches, gastando gasolina, sonando los cláxones y con los aires acondicionados echando humo. Eso lo ven en tres cuartas partes del mundo y no adivinan quiénes son los privilegiados y quiénes no.

Por último, me quedaba la curiosidad de que Vistahermosa no cediese tan velozmente, de que los convocantes mantuviesen su marcha…, y de que fuese muy poca gente. Ya tenía pensada una alabanza del sentido común y práctico de los portuenses. Ignoro si la convocatoria habría sido un éxito o no, por supuesto; pero no conviene alarmarse por el ruido de las redes sociales, que parece atronador, y luego suele ser el parto de los montes. La mayoría de los portuenses es consciente de que Vistahermosa ha sido un escaparate del Puerto y que ha contribuido a posicionarlo como un destino turístico de calidad. Se le quitó la valla, vale, se la cercó de construcciones intensivas, vaya; pero incurrir ahora en un cerco político sería demasiado para una urbanización que lleva casi cincuenta años trayendo riqueza y prestigio a nuestro pueblo.