LAS decisiones arbitrales traen consigo una gran cantidad de discusiones, muchas de ellas ocasionadas por los diferentes criterios que utilizan los colegiados para sancionar una misma jugada, dejando en evidencia al colectivo por la falta de unificación en los criterios.

Algo similar ha ocurrido en el Cádiz esta temporada, donde los criterios de la secretaría técnica no fueron coincidentes con los de los diferentes entrenadores. En el inicio de campaña García Remón puso de entrada a la mayoría de los fichajes de Félix Carnero, cargándose la base de un equipo que había quedado en quinto lugar la temporada anterior. Posteriormente el club, con el consentimiento de la comisión deportiva y en contra del parecer de Antonio Calderón, vende a Lucas Lobos y abre la puerta para la salida de Pavoni. Más tarde se trae como refuerzos de invierno, cuando no se tiene la posibilidad de poner a punto a los jugadores como en la pretemporada, a Bangoura, que estaba sin jugar en Portugal, y a Kosowski, que está entrando en el ritmo de sus compañeros tres meses después de su llegada. Incluso se manifestó por parte de los dirigentes que con estos fichajes se podía pelear por el ascenso.

Ahora, en la nueva etapa con Raúl Procopio como máximo responsable del equipo, éste opta por incluir entre los elegidos a dos jugadores del filial, en detrimento de uno de los fichajes 'estrella' de enero, como es el guineano.

La decisión de Raúl de contar con los canteranos es la más lógica en caso de igualdad de condiciones entre las diferentes opciones, por la sencilla razón de ir perfilando una posibilidad de futuro con los que vienen de abajo y con los que tienen contrato en vigor, para de esta manera ir unificando criterios con la secretaría técnica.