Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Trigatillazo

Ni Ayuntamiento, ni Gobierno, ni Junta han participado lo más mínimo en las actividades del Tricentenario

Mucha gente se decepcionó con el Bicentenario de la Constitución de Cádiz por las altas expectativas generadas, en cambio nadie ha dicho ni pío sobre el fracaso del Tricentenario del traslado a Cádiz de la Casa de Contratación porque a nadie le generó la menor ilusión. No voy a exponer aquí los reiterados argumentos sobre la importancia que tuvo para la ciudad y su desarrollo la llegada de comerciantes y funcionarios de la Corona. Ya lo han dicho expertos en la materia. La primera efeméride tenía un alcance nacional y fue el Estado el que dimitió de sus obligaciones. En el segundo caso se trata de un asunto de vital importancia para la ciudad de Cádiz y en este caso ha sido el Ayuntamiento el que ha estado ausente, como si la conmemoración no fuera con él. Bien es verdad que la Diputación cometió un error de párvulos: se quiso colocar la primera de la fila para coordinar a todas las instituciones lo que provocó que todas se quitasen de en medio. Debieron pensar: pues si la Diputación quiere protagonismo, que se haga cargo. Pequeñas cosas del Museo de Cádiz, el entusiasmo de algunas entidades y empresas y ya está. Ni el Gobierno de España, ni la Junta ni el Ayuntamiento de Cádiz han participado lo más mínimo en la organización de actividades. ¿No lo quería la Diputación? Pues para ellos. Las razones de la Diputación eran bastante azarosas: el hecho de que el Palacio Provincial fuese sede de la Casa de Contratación y Aduana. Alguien pecó de listo. Se podría decir que el Ateneo trabajó con entusiasmo y en cambio la UCA lo hizo arrastrando los pies.

El año del Tricentenario ha consistido en dos exposiciones y alguna conferencia interesante. No podemos contar, desde luego, la de belenes, salvo que salga algún erudito a contar la relación entre los comerciantes gaditanos del XVIII y la tradición belenísitca, lo que no es descartable. Por desgracia la mayoría de las conferencias (algunas excepcionales) contaron con escasa asistencia y las dos exposiciones eran reguleras. Lo que pudo haber sido un momento importante ya que las administraciones empezaban a disponer de los recursos que no tuvieron en el 12 se convirtió en una rutina administrativa hecha con escaso entusiasmo. Un 5 para la Diputación y un cero patatero para el Ayuntamiento cuya principal labor en materia de cultura es haberle dado un despacho a Paco Cano y llevar dos años y medio haciendo planes. Ya se sabe: la vida es aquello que ocurre mientras hacemos planes, Chavalas y Chavales.

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