LEO en los periódicos que España se encuentra a la cabeza de Europa en absentismo laboral, y que Andalucía y Cádiz lideran la lista. Si a estos datos sumamos los últimos publicados de la Encuesta de Población Activa, donde Cádiz aparece como la ciudad de mayor paro de toda España, es para estar preocupados, muy preocupados. Estos datos pueden ser analizados, criticados o contestados de muchas maneras, y todas las opiniones serán bien recibidas, vengan de donde vengan. Quien lo haga, se supone que lo hará con carácter constructivo, pero negarlo o mirar para otro lado no nos va a servir de mucho, a los sumo para que sigamos liderando esta ominosa lista. Es cierto que han surgido factores coyunturales que pueden haber condicionado los datos, como la caída de la construcción o el precio del dinero, pero solo hay que repasar un poco las hojas de la historia reciente y encontraremos los casos también coyunturales de astilleros, de la pesca, de la agricultura, de la automoción, del turismo, etc. En fin que persistentemente hay un factor coyuntural, eso se da por hecho. La pregunta es, ¿por qué siempre somos los gaditanos los que cogemos un resfriado en cuanto la economía estornuda, y además nos llevamos el premio?. Esto es importante, trascendente, porque resfriados coyunturales van a haber siempre, y pañuelos ya nos quedan para sonarnos los mocos del paro. No voy a dar ninguna fórmula para acabar con el paro, primero porque no sabría cómo hacerlo, y segundo porque hay quien ya cobra por calentarse la cabeza en algún que otro sillón consistorial o parlamentario para ello, pero lo que sí puedo hacer es pensar en lo del absentismo, porque eso sí tiene cura. Además de las enfermedades, la desmotivación por el trabajo es una de las principales causas de absentismo laboral, pero las causas no deberían ser diferentes en Cádiz, Valladolid o Vigo. En su libro "La era de las turbulencias" Alan Greenspan, Presidente de la Reserva Federal estadounidense, decía convencido que en Europa, la adopción del estado de bienestar no se ha acompañado de un mayor sacrificio de los ciudadanos. Motivación, sacrificio, y buena salud harían abandonar a los gaditanos ese lastimoso ranking. Sólo nos falta el trabajo.