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Palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Tomate con atún

POR qué les gusta tanto a los miembros del Consejo Audiovisual de Andalucía el tomate con atún? ¿Hay alguna relación misteriosa entre este sabroso plato y la disposición a examinar y discurrir sobre los programas de Canal Sur? El tomate con atún aparece, al margen de las ostras y los carabineros, en todas las facturas de comilonas sin justificar del consejo que alguien ha filtrado a los periódicos. Es raro. Yo estaba convencido de que el plato se llamaba atún con tomate, pero se ve que hablamos de comidas distintas. La noticia ha tenido gran éxito y ha sido repicada por los medios. La razón es sencilla: todos sentimos una rara delectación al repasar pormenorizadamente qué comen los altos cargos a costa de los fondos públicos y, más aún, en desnudar su marisco, levantar el lomo de los pargos como si fueran unas enaguas de vuelo, probar el vino, gorronear imaginariamente en sus platos de jamón, saborear sus chupitos de ron. Y exclamar: ¡jodidos, cómo os ponéis!

Pero seamos justos, la filtración a los medios de las facturas de las comidas no acreditadas es un ardid tramposo de la derecha. Tratar de socavar la imagen del consejo divulgando solo los gastos de representación "sin justificar" no es ecuánime ni razonable. Los consejeros que han facilitado las facturas (que sólo comprometen a los propuestos por el PSOE e IU y exculpan a los del PP) han mostrado apenas la mitad o, incluso, una cuarta parte del secreto. Por imperativo categórico esos consejeros deberían hacer lo mismo con las facturas autorizadas, aunque competan directamente a su dieta. Es decir, queremos saber qué supone el abasto del Consejo Audivisual de Andalucía en su conjunto para las arcas regionales, qué lugar ocupa el placer de comer en las competencias del consejo y si vale la pena la inversión subsiguiente. Siendo grave lo de las comidas, lo sustancial no son los almuerzos del consejo sino la rentabilidad social del propio consejo.

No es una buena práctica acusar a unos consejeros de comer tomate con atún sin justificar, pero ocultar celosamente los tomates con atunes justificados, digeridos y engordados. La cuestión es: ¿vale la pena nutrir y mantener a un consejo audiovisual que cuando afrontó el asunto crucial de la televisión pública (la manipulación de los contenidos) se descompuso? Lo del horario de menores, los programas basura, los anuncios machistas y el tiempo exagerado de exposición a la pantalla son asuntos menores, de entretenimiento sociológico, que soslayan la gran verdad: la codicia de todos los partidos por controlar las emisiones televisivas, Canal Sur como herramienta sutil pero inquebrantable de instrucción sociopolítica.

Aquí está el tomate. Sin atún.

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