Desde tribuna

José Joaquín León

Tiempo para reconstruir el Cádiz

Aeste Cádiz no se le pueden exigir grandes cosas. Después de unos meses de convulsiones que le hicieron mucho daño, está en pleno periodo de reconstrucción: en la directiva, que regresó después de marcharse; en el banquillo, con Calderón probando a ver si da con un once solvente; y en la propia plantilla que está asumiendo casos raros, como el de Yago y sobre todo el de Parri, el fichaje estrella que no juega. Incluso la afición no tiene el entusiasmo de otras temporadas, desengañada con lo que pasó. Y todo esto se nota demasiado.

Por eso, los tres puntos de ayer valen para ganar confianza. Ya he comentado que el Cádiz estaba y está en una situación peligrosísima, muy cerca de los puestos de descenso, y con muchas debilidades si entran los nervios. Es fundamental ganar puntos para alejarse cuanto antes de la cola; y entender que, hoy por hoy, salvarse debe ser el gran objetivo. Pensar en Primera ahora es una temeridad. Incluso en la temporada del ascenso Espárrago tenía la humildad por bandera, y el técnico uruguayo no hablaba de subir ni cuando iba el primero. Es un hombre de fútbol y se las sabía todas, no como los amigos de Baldasano, que pretendían ascender sólo con su prepotencia y chulería, sin bajarse del autobús.

Ante el Racing de Ferrol empezó el Cádiz con el golazo de Cristian y tres ocasiones claras en los primeros 20 minutos, pero sufrió durante mucho tiempo, hasta el último cuarto de hora, cuando los jugadores entendieron lo que era una evidencia desde el principio: este partido era mucho más fácil de ganar echándose hacia delante que hacia detrás, porque la defensa del Racing de Ferrol era frágil. Los gallegos controlaron el centro del campo durante muchos minutos; y aunque tenían el balón, en ataque creaban pocas ocasiones (tres en todo el partido, incluyendo el gol) mientras el Cádiz siempre les creaba peligro cuando se estiraba.

Hubo datos muy positivos para el futuro, como que Dani marcara por segundo partido consecutivo, que Enrique recuperara su tono incisivo y hasta que Nano apuntara a propósito de la enmienda con un disparo al travesaño y un gran centro en el segundo gol. Son detalles a considerar para jugadores que no andaban sobrados de moral y que, en casos como los de Dani y Enrique, la necesitan para ofrecer sus mejores versiones. Positivo fue también comprobar que los laterales ganan pujanza con Cristian y Raúl López. El jerezano pone siempre lo que hay que poner y ofrece unas prestaciones muy distintas a las de su antecesor, Gonzalo Vicente. Y una vez más vimos que a Lobos hay que entenderlo mejor para que cuando él envíe balones no los conviertan en sandías.

En este partido incluso debutó Bienve durante un ratito. Hubo también algunos detalles negativos, como la pérdida del ritmo, la duermevela futbolística en la que a veces cae el Cádiz y que casi le complica un partido favorable.

Vamos a quedarnos con un último detalle: Contreras, que antes había realizado un paradón, falló en el gol, pero un partido que se pudo estropear ahí se solventó mirando hacia delante, marcando otro. Un Cádiz con menos dudas hubiera ganado ayer por goleada. Hay que seguir sumando para ahuyentar a los fantasmas.

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