Sin ánimo de ser exagerado creo que Teófila Martínez ha sido una excelente alcaldesa. No sé si la mejor como dice Antonio Sanz pero sí sé que pasará a la historia de la ciudad por los logros conseguidos, de manera especial el soterramiento y el Bicentenario. Ha tenido fallos, cómo no, el principal para mí es el despilfarro en propaganda. Pero lo conseguido en sus años en la alcaldía la harán pasar a la historia a la altura de Cayetano del Toro, por decir uno de los grandes. Manuel de la Pinta será recordado por su triste final, Carlos Díaz por ser el primer alcalde democrático tras la dictadura y, quizás, por la recuperación de la playa, José León de Carranza por los años que estuvo en San Juan de Dios aunque los gaditanos no le eligieron jamás. Las más grandes transformaciones habidas en Cádiz se han producido estos años. La más importante, a mi juicio, el soterramiento, que acabó con los guetos que había en Puerta Tierra y recuperó para la ciudad la vida de muchos barrios. El Bicentenario, un empeño personal en el que la dejaron sola el Gobierno de España y la Junta de Andalucía. A mi modesto entender el nuevo puente ha sido un dispendio pero hay que reconocer que si no hubiera sido por su empuje no se habría hecho jamás o habría tardado décadas en terminarse. Pensé que iba a volverlo a intentar pero comprendo que es lo mejor para su partido y para la ciudad que al frente del PP se sitúe alguna persona joven que ofrezca un proyecto de futuro y no un debate sobre los logros del pasado. No sé qué hará ahora el Ayuntamiento pero creo que toca reconocer su dedicación dedicándole una calle y a los vecinos valorar su labor en el momento en el que ya no se presenta a las elecciones.

Creí que lo mejor para ella es que hubiera dejado la alcaldía en 2013, finalizado el Bicentenario y las obras del nuevo puente en marcha. Hubiera sido el momento adecuado pero a los políticos les rodean siempre una pléyade de vividores cuyo sustento depende de la continuidad del líder. Son los que nunca ven la oportunidad para que se vaya aquel de cuyo cargo depende su propio sueldo. Se dejó arrastrar y tuvo que probar la hiel del resultado electoral de 2015, con la pérdida de siete concejales y la alcaldía. Quedará para el bochorno general el recuerdo de los abucheos por parte de algunos desaprensivos el día en el que un nuevo alcalde ocupó el sillón . No se merecía aquella salida de las Casas Consistoriales. Espero que José María González esté a la altura del cargo que ocupa y sepa despedir a Teófila como merece.

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