LA ciencia avanza y las nuevas tecnologías se integran de forma habitual. La Federación de Fútbol no deja de investigar e incorporar nuevos elementos de tecnología punta cuando están bastante probados, porque de la experimentación surge la mejora. Es el caso del sistema que utilizan los árbitros para llevar la cuenta de las tarjetas que enseñan en los partidos. Primero se pensó en poner códigos de barras en las camisetas de los jugadores, y que el árbitro llevara una pistola lectora que anotara la tarjeta. El sistema presentaba dos fallos: por un lado los jugadores, no contentos con la sanción, se mostraban reacios a la pistolita; y por otro lado los árbitros se quejaban de lo molesto que era para correr. Luego se pensó en una PDA, en la que los árbitros anotaran la amonestación y mediante bluetooth le llegara al cuarto árbitro. El problema apareció en los ensayos con público, porque cogían la frecuencia bluetooth, y con sus móviles bloqueaban la información. Así se llegó a la libreta y al bolígrafo, que es tecnología punta porque el árbitro a-Punta en el papel las tarjetas.

A raíz del caso de Kiko Femenía, se pensó en dar al cuarto árbitro un portátil para que accediera a una base de datos actualizada de los jugadores con ficha en vigor, pero no en todos los campos hay conexión wifi. En estos momentos se trabaja con el mecanismo de darle una lista con los nombres de los jugadores que tienen ficha y un lápiz para que vaya marcando si el que sale puede o no jugar.

El sistema se ha complicado porque a veces al lápiz se le acaba la mina. La solución que se plantea es integrar otro elemento de tecnología punta: el saca-Punta. Seguro que en unos años la Federación habrá resuelto el problema.