Con la venia

Fernando Santiago

Sátiro de duna

 COMO dice uno de los mejores articulistas españoles, Javier Marías, todo lo que digan mis amigos en mi presencia podrá ser utilizado en un artículo. Así que tomo prestado de Pepe Petenghi su serie de la fauna local y de Javi Osuna el concepto de sátiro de duna y paso a describir un más amplio concepto: el sátiro gaditano. El prototipo, según Javi, es el Julián Muñoz de los Ducados. Tiene varias subespecies entre las que destaca el sátiro de duna o satirus dunensis. Este espécimen vive y se desarrolla durante el verano. El resto del año permanece en letargo, tiene que emigrar a otras latitudes o los más enérgicos tienen que desarrollar sus habilidades en otros ámbitos. Es un endemismo de las dunas gaditanas desde Torregorda a Cortadura con una parada en La Gallega. Se caracteriza este sátiro de duna por la indumentaria: calzona, chancla, camisa hawaiana , gafas de sol y gorra. Tiene un alto nivel de bronceado fruto de su permanente exposición al sol. Todos los años cuando llega el buen tiempo el satirus dunensis emerge de las profundidades de la ciudad y comienza sus paseos por esa zona semisalvaje al objeto de atisbar cualquier tipo de cuerpo desnudo (o semidesnudo) al sol. No se sabe si luego el sátiro de duna se suicida a macocas o tiene una perversa propensión a la mera observación, que hay de todo en la naturaleza. Las gafas de sol son el elemento esencial de todos los tipos de sátiros al objeto de que no se sepa con exactitud hacia dónde mira y así poder ejercitarse con mayor libertad. El sátiro de duna goza de una privilegiada vista que le permite ver chicas en topless o chicos en slip, caso de que no haya en las cercanías algún ejemplo de naturismo integral.

Está luego el sátiro de asfalto o asfaltensis satirus. Esta subespecie desarrolla su hábitat por el Paseo Martímo, entre Cortadura y Santa María del Mar, con especial atención a los extremos de la playa donde puede desarrollar su agudeza visual y su paciencia infinita para satisfacer sus perversiones más íntimas. A veces lleva algún objeto en la mano para dar la sensación de que va o viene de un encargo pero siempre atisba el horizonte desde la parte alta del Paseo Marítimo inasequible al sol, al calor o al tumulto. Alcanza a localizar sus presas con la precisión de un halcón y la rapidez de un guepardo. Es asiduo de las mañanas veraniegas. Casi siempre tiene el aspecto de un varón pureta pero no hay que dejarse engañar por el aspecto exterior.

El verano tiene una relajación de las costumbres y una propensión de la juventud a ponerse ligeros de ropa en las playas, momento que aprovecha el sátiro para satisfacer sus bajos instintos. Antiguamente podía observarse al sátiro gaditano en las bullas, en el cine Nuevo o en el Imperial ("por eso cada noche estoy penene, desde antes de las nueve, metío en el cine Nuevo" que cantaban Los Cubatas). El gran Poce sacó una chirigota homenaje a este endemismo gaditano, Los Loritos Morsegones, cumbre del costumbrismo. Falta para completar su estudio que ese gran sociólogo de la ciudad que es el Selu saque el tipo y dé con el estribillo oportuno.

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