Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

José De Mier Guerra /

Recuerdos de la calle de La Vega

Las calles producen sensaciones y sentimientos diferentes en aquellos que las contemplan. En las ciudades existen calles frías, agradables, tristes, hermosas, coquetas, las hay que originan miedo, las hay que animan el espíritu. Parece como si las calles tuvieran su corazoncito, aunque este fuera de granito, asfalto o lozas de Tarifa. Esas sensaciones tienen mucho que ver con las impresiones que se perciben al transitarla y observarlas las primeras veces. Desde luego los efectos producidos en diferentes personas nunca son los mismos, por ello cada cual ve la calle de una manera determinada.

Yo vivía en la calle Hormaza e iba al colegio de los Hermanitos, cuando este aun se encontraba en la alameda del río, allí estuvo hasta el año 1957. Por ello yo recorría la calle de la vega, casi todos los días hasta cuatro veces, el recuerdo de aquella calle es el de aquellos años que en muchas ocasiones se confunden en el tiempo, pero casi siempre es la visión de un niño con no mas de 10 años. Para mi la calle empezaba en el "bar Parodi" que aunque estaba frente al Ayuntamiento, desde su entrada se divisaba toda la calle hasta la alameda. El gerente se llamaba Juan Benítez, era un señor bajito y muy delgado que tenía que soportar los jaleos que formábamos los más pequeños jugando al futbolín y los mayores en una mesa de billar. Algunas veces se montaban grandes trifulcas entre los mayores que jugaban a una modalidad de billar que eran con pequeños peones de marfil que llamaban "palillos" y se utilizaba una botella de cuero con unas bolas, del tamaño de las canicas, en las que cada una llevaba grabado un número y cada jugador guardaba una de las bolas. Luego he sabido que se llama el juego "de las 41", entonces me sorprendía que se jugara con dinero.

Ya dentro de la calle, en la acera de la derecha se encontraba "fotos Luque", por la vitrina, de madera y cristales, que estaba adosada a la fachada, pasaron infinidad de parejas, niños y guapas muchachas casi todas con un gran moño de peluquería en grandes fotos por supuesto en blanco y negro. El estudio era una sola habitación, de no más de tres por tres, una "accesoria" que daba a la calle mediante al menos tres escalones. A la misma altura del fotógrafo, en la acera de enfrente, se encontraba la panadería de Butrón, el olor a pan y a leña quemada aromatizaban aquella parte de la calle. Me creaba ya entonces gran desazón cuando veía descargar grandes camiones, eso al menos me parecía, repletos de haces de "leña de pino en rama". Evidentemente los hornos de pan por entonces eran de leña, pero el peligro mas que en el horno estaba en la leñera, aquel acopio de madera en el interior de una casa que lindaba con otras, me parecía al menos temerario, pero natural y necesario.

Junto a la panadería me parece que estuvo el "cosario de Cádiz", en aquel tiempo creo que ya era Acosta. La figura del "cosario" fue durante muchos años una institución cosario era la persona que traía y llevaba paquetes a Cádiz. El iba y venía a la capital durante todo el día llevando y trayendo mercancías, aunque ya en los años cincuenta tenían su propio vehículo y empezaban a llamarse empresa de transportes popularmente seguían siendo el "cosario". A continuación recuerdo una oficina que debió de pertenecer a la familia Barberá, desde allí se atendería la administración del balneario de fuente amarga y el Hotel España, que estaba en la calle Jesús Nazareno, por entonces propiedades de dicha familia. En muchas ocasiones se encontraba aparcada delante de la oficina una furgoneta adaptada a pasajeros que llamaban popularmente "la cachonda" y era la que transportaba a los huéspedes del hotel y vecinos hasta el balneario para "tomar las aguas".

La calle estaba pavimentada con adoquines y tenía aceras a ambos lados. Tuvo tráfico rodado hasta bien entrado los años setenta, quitar este y pasar la calle a peatonal también creó muchos problemas entre los comercios de la zona. No obstante nunca fue una calle de mucha circulación de vehículos. Veremos en más ocasiones lo larga que nos puede parecer esta calle y todo lo que podía dar de si el recorrerla.

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