Playas en Semana Santa

No somos como los de Madrid, Bilbao o Zaragoza, que vienen y estrenan el bañador aunque tiriten de frío

Hay gente para todo, incluso para despotricar de las cofradías, o ir a la playa en Semana Santa. Esto lo he vivido siempre. En Sevilla, precisamente, muchos me decían: "Estoy deseando que lleguen las vacaciones de Semana Santa para ir a la playa". Y los hoteles de la costa (como los de lujo del Novo Sancti Petri, que cerraron deprisa y corriendo en noviembre) abren a pesar de los temporales. Yo he visto las playas llenas en Semana Santa. Yo he visto una foto de portada del Diario, que hizo Julio González, donde aparecía el Despojado con la playa de Santa María del Mar detrás, en pleno apogeo un Domingo de Ramos. Pero a mí la playa, en Semana Santa, me parece de otra galaxia. Es una tentación que se resiste fácilmente, en cuanto se ve un capirote.

En estos días de vísperas ha existido una preocupación terrible por si las playas se encontraban a punto. Hasta el alcalde de Cádiz, José María González, acudió a inspeccionar los trabajos. Por lo que yo aprecié, un día que pasé por el Paseo Marítimo, los operarios se esmeraban bastante en disimular los efectos de los temporales Emma y Félix, que fueron los peores. Por buena voluntad de los trabajadores de playa no va a quedar. Otra cuestión es que raramente se llenarán la semana próxima.

Y no es porque todo el mundo se vaya a la calle Nueva y la plaza de San Juan de Dios, a ver si funciona la estrenada carrera oficial. Es que miras los partes del tiempo de Aemet y a nadie sensato se le ocurriría ir a la playa, aunque no estuviéramos en Semana Santa, que es cuando se puede considerar pecado mortal. Porque ves los partes y, aunque no lloviera, con esas temperaturas, y con esos vientos de poniente y del norte, es como cuando vas a pasear el perro por la arena una mañana de enero. Cuentan que Fermín Salvochea se bañaba en la playa todo el año, pero la mayoría esperamos a que los termómetros marquen 25 grados.

El gaditano y la gaditana siempre han sido prudentes con las playas fuera de temporada. No somos como los de Madrid, Bilbao o Zaragoza, que vienen estos días a los hoteles de la costa recién abiertos y estrenan el bañador aunque tiriten de frío. ¡Con lo bien que se está escuchando una saeta! Ellos, por el contrario, recogen un resfriado, pero se vuelven la mar de contentos, diciendo que estuvieron en la costa de Cádiz disfrutando las vacaciones.

La Semana Santa, hasta donde vemos los partes, saldrá poco playera. Así que les aconsejo ver los pasos por las mañanas en los templos, que también es muy bonito.

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