Perdido abril

Cádiz sigue desperdiciando abril cuando la Semana Santa toca en marzo. Se convierte en un mes pelmazo

Abril es un mes tontamente perdido en Cádiz. Sólo hay excepciones cuando el calendario determina una Semana Santa tardía. En Cádiz tenemos partidarios de las fechas fijas para todo. La concejala de Fiestas, María Romay, habló de un Carnaval que coincidiera con el 28 de febrero. Por otra parte, se supo que el Papa Francisco, recién llegado al Vaticano (como de papa en prácticas), comentó que se podría estudiar una Semana Santa de fecha fija a principios de abril. Pero nunca lo planteó en serio y él mismo lo descartó. La luna de Parasceve tiene su encanto y su historia, que es larga de explicar. Al final, todo se ha quedado en su sitio.

Cádiz sigue desperdiciando abril, cuando la Semana Santa toca en marzo. En esas condiciones, abril se convierte en un mes pelmazo. Por el contario, cuando la luna de Parasceve se retrasa, entonces en el Ayuntamiento se vuelven locos de alegría, porque el Carnaval llega tardío, y suele coincidir con el 28 de febrero. Después el mes de marzo se lo ventilan con la Cuaresma (con lo que queda de la Cuaresma en Cádiz, que esa es otra); y abril se lo soluciona la Semana Santa. Así pueden ir todos los grupos municipales juntos a ver al Nazareno de Santa María, menos los de Unidos, que son los únicos que no se unen para eso. Vamos mejorando, pues hasta María, la que se disfrazó de diosa Gades, iba vestida de oscuro conforme a la solemnidad del Jueves Santo. Muy bien todos y todas, incluso el alcalde González con su corbata, y aplaudiendo a Teófila cuando José Manuel Verdulla le entregó un busto del Nazareno, en atención a los servicios prestados durante 20 años. A ver si se anima el alcalde y el próximo año sale con el bastón de mando, que es su última oportunidad. O no, ya se verá.

Volvemos a abril, que me estaba desviando. Volvemos a abril para recordar, con Paco Alba, que dicen que Cádiz no tiene fiestas. Antaño pusieron las Fiestas Típicas Gaditanas en mayo, pero no se les ocurrió en abril. Más que nada porque abril es el mes del éxodo gadita. Así como los israelitas deambularon por el desierto en el tiempo de la perdición, los gaditas en abril deambulan por las ferias de Sevilla y otras poblaciones de la provincia. Deambulan y no lo cuentan, por temor al qué dirán.

Se perdió la oportunidad de organizar la Feria del Libro de Cádiz en abril, al menos para que hubiera una feria, con toque culto. En Sevilla bailando sevillanas y en Cádiz presentando libros. Pero la Feria del Libro la han colocado en mayo, igual que las Fiestas Típicas Gaditanas. Abril es como si aquí no existiera la primavera. Un vacío, una pena… Cádiz ya sólo piensa en el verano.

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