Con tantas peñas y asociaciones como hay en Cádiz es de extrañar que no se haya fundado aún la formada por el grupo de atrevidos peatones que, ignorando la señalización semafórica y la distribución de los pasos de peatones en la ciudad, afrontan cada día ese arriesgado deporte que consiste en cruzar por cualquier esquina aprovechando el cierre de algún semáforo lejano y sin tener en cuenta que los coches se incorporan a la vía principal desde las calles adyacentes. Sucede, y mucho, en la mayoría de cruces de las dos avenidas principales de la ciudad. Allí presentan su candidatura de inscripción en la peña Peatones sin Fronteras jóvenes seguros de su agilidad y rapidez, padres irresponsables con sus hijos en brazos y en sus sillitas de paseo o hasta personas mayores que precisan de muletas o bastones para andar. Y no les advierta de su ilegalidad, que enseguida sacan el carné de su asociación.