Lo más parecido al calor y la paz navideñas pasa por metamorfosearse en patata de sofá. La orgía de autodestrucción en varias fases que es la Navidad hace que ansiemos como nunca apagar casi todas las luces, echar doble llave a la puerta y respirar. (¿he dicho ya que me gusta la Navidad? Es cierto: me gusta. La encuentro un fenómeno antropológicamente fascinante). ¿Qué libros lee uno cuando se es patata de sofá navideña? Pues yo leo siempre El enigma y el espejo pero, después, necesito mucha nieve (Capitán Swing ha publicado este año Sueños Árticos y En el reino de hielo) y alguna nota fantasmal. Y no hay como la Navidad para desear unos cuantos asesinatos random. Para ver Fortitude. Para ponerse un Millenium. Para ver Fargo (película y/o serie). Para revisar Ravenous. Para ponerse El resplandor, la película navideña por excelencia. Estoy deseando que llegue mi momento.

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