Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

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José Pettenghi Lachambre

Oro parece

La primera presentación de un libro de la que se tiene noticia ocurrió al pie del Monte Tabor. Se presentaba al público. "Las tablas de la ley", de Moisés. El presentador, Dios. Nada menos. Asistieron todos los judíos del mundo y hubo discursos y truenos y relámpagos. Muy bien organizado todo. Pero en el croqueteo el acto se desmadró: los judíos se emborracharon y con la papalina les dio por adorar a un becerro de oro. Así que Moisés se rebotó muchísimo y rompió su obra, un ejemplar único encuadernado en piedra.

Hoy las cosas han cambiado y ya no se adora al becerro de oro sino al oro del becerro: he leído que las cofradías gaditanas andan preocupadísimas con la crisis y califican de catástrofe la escalada de los precios del oro, que pone en peligro el dorado de los pasos. Parece que dorar el frente de un paso vale casi 8.000 euros, y la trasera el doble. Y digo yo ¿qué necesidad hay? En tiempos de Moisés no se había inventado el sidol, así que tiene un pase lo de tunear al becerro; pero hoy, con una manita de sidol saldría más económico. Y el resultado nos da igual.

¿Será que lo del oro es una demostración de poder? No sé pero un conspicuo cofrade local asegura ufano que "en Sevilla manda más un capataz que un concejal". Y en Cádiz, mira este...

Siglos más tarde a la presentación del libro de Moisés, en 1981, se presentó en Sevilla la novela "Con flores a María", en la que se desenmascaraba el histérico mamarracho del Rocío. Su autor -el injustamente olvidado Alfonso Grosso- tuvo que presentarla escoltado por guardias de seguridad y contar la verdad del Rocío le costó amenazas, insultos y descrédito.

Hoy las cosas han cambiado y Manuel Chaves, el presidente de los andaluces, recibe la medalla de oro del Rocío. Y digo yo ¿qué necesidad hay? ¿Estaremos presos los andaluces para siempre jamás en la jaula de oro de ese folklorismo tópico, cateto y agropecuario?

Ni todas las jaulas son de oro: mira el pájaro-jaula, la jaula-pájaro o lo que sea que puso hace poco el Ayuntamiento en la Puerta de Tierra. Se nota que no es de oro porque está echando una roña inmunda en las garras. Convendría una friega con sidol, pues dicen los expertos que la mugre esa puede ser una señal de algo. Como no puede pelechar a ver si cría el jodío y pone un huevo-jaula, una jaula-huevo o lo que sea. Lo que faltaba.

Que con el sidol los metales también brillan mucho, porque no es oro todo lo que reluce. Ni todas las escaleras llevan al cielo.

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