La corredera

Juan / Antonio / Micó

Navidades y batas blancas o casi

QUERIDOS lectores: cuando estén ustedes leyendo la columna de este sábado quedarán un par de días para la noche de Navidad, la noche del 24 de Diciembre, una fecha mágica para algunos y un día más para otros. Y a esos "otros" me quiero referir. Particularmente a esos señores y señoras de bata blanca que practican su profesión en hospitales, clínicas, ambulatorios, etcétera, atendiendo como cada día a sus enfermos, sin olvidar las ambulancias. Eso es lo más atractivo de esta bendita profesión: atender a los demás, en su dolor, en su enfermedad, sea el día que sea. Siento decirlo, pero esta profesión no está en el lugar que le corresponde socialmente hablando. Cada día está menos valorada y así nos va. Lógicamente, esto de trabajar el día de Navidad no es exclusivo de los de bata blanca, así que la columna podría ir dedicada a todos aquellos profesionales que no paran ni un minuto ese día. Pero, como cada uno arrima el ascua a su sardina, y yo soy médico, pues me refiero a mis compañeros médicos, que ya otros se dediquen a los suyos.

Pero siendo médico, tampoco quiero olvidar en este escrito a otros chicos y chicas que sin ser médicos, también llevas batas blancas aunque algo más sucias que los galenos, y que también hacen mucho por los enfermos. Son todos esos investigadores biólogos, farmacéuticos, químicos, etcétera, que ese día 24 y otros muchos días, no tienen descanso porque se dedican a la investigación biomédica y con un sueldo que no les da para muchos regalos de alto standing para estas fechas. Sus esfuerzos y trabajos de cada día pasan desapercibidos porque sólo ven la luz en las revistas científicas y claro, esas revistas no están precisamente al alcance de todos. La vida en un laboratorio de investigación los días de Navidad son casi como otro cualquiera. A lo sumo un poco más de luz y color. Al laboratorio de investigación se va a trabajar cualquier día de diciembre y de enero y de Carnaval y de Semana Santa. Así, un día te toca el 25 de diciembre, o el 1 de enero o el día de Reyes. Las células aisladas en sus tubos de ensayo, no entienden de días de jolgorio, polvorones o anís de El mono. Si en estos últimos tiempos se está hablando mucho de la falta de médicos, pasa casi lo mismo en investigación biomédica: no hay muchos que quieran dedicarse a eso de las células, con el futuro que les espera. Por eso es mucho más meritorio lo que hacen. Por eso deberíamos de valorar su dedicación a la investigación más de lo que lo hacemos. Batas blancas o verdes, da igual, esperan un mejor trato de esta sociedad que tanto les necesita. Felices fiestas a todos los lectores y a ellos especialmente.

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