Quienes esta semana han enterrado con pompa y boato el proyecto de Las Aletas son prácticamente los mismos que lo alumbraron. Han tratado de disfrazar de oportunidad de futuro un sonoro fracaso de diez años de falsas promesas y chocazos judiciales que ha terminado desembocando en un sospechoso fango de incompetencia. Han sido como esos malos estudiantes que en junio llegan a casa con un boletín de notas cuajado de suspensos y que, sin embargo, minimizan su bajo rendimiento con la esperanza de que tendrá arreglo: "En septiembre apruebo seguro". Aquí igual. Las administraciones se han dado tres meses para presentar otro proyecto y han ocultado su particular muy deficiente en una asignatura que les ha quedado pendiente. Pero ni un atisbo de crítica, nada de reconocer que Las Aletas ha sido hasta ahora un fracaso político y de gestión que ha costado dinero, mucho dinero.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios